Con la llegada del mes de diciembre, las alamedas de la avenida Kennedy han experimentado un auge en la cantidad de puestos de comida que se instalan a lo largo de la calle, afectando tanto a peatones como a los propios comerciantes.
Una de las principales preocupaciones de los transeúntes es la ocupación de parte del espacio público por estos puestos. Además de las mesas dispuestas para los comensales, se ha dado el caso de que algunas bancas destinadas al descanso de los peatones también están siendo utilizadas por los comerciantes, lo que reduce aún más el espacio disponible para quienes desean descansar o simplemente transitar por la zona.
Esto no solo afecta la imagen y el orden en la avenida, sino que también compromete la seguridad y comodidad de los peatones. Las bancas, que deberían ser un espacio para el descanso, se han convertido en un apoyo para los negocios, lo que deja a los ciudadanos sin un lugar donde sentarse durante su recorrido.
Si bien es importante no perder de vista la necesidad de muchos comerciantes de generar ingresos para el sustento de sus hogares, es igualmente crucial implementar estrategias que permitan un uso ordenado y equilibrado del espacio público, para asegurar que todos los usuarios de las alamedas de la avenida Kennedy puedan disfrutar de ellas de manera adecuada y sin obstáculos.