Los ataques aéreos en Mekelle tenían como objetivo sitios de armas utilizados por el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), dijo Billene Seyoum, portavoz del gobierno etíope.
El gobierno federal de Etiopía lanzó una ofensiva militar para derrocar al TPLF en noviembre pasado y los combates han continuado desde entonces.
Seyoum agregó que uno de estos sitios, Mesfin Industrial Engineering, ha sido “apropiado por el TPLF como un sitio de almacenamiento, fabricación y reparación de armas pesadas”.
Getachew Reda, portavoz del TPLF, respondió en Twitter al ataque aéreo diciendo que “tuvo como objetivo un barrio residencial en Mekelle y causó lesiones a civiles y daños a la propiedad”.
Dos testigos le dijeron a CNN que los ataques aéreos golpearon cerca del complejo industrial Mesfin y destrozaron las ventanas de un hotel local.
“Toda la ciudad está cubierta de humo”, dijo un testigo, y agregó que escucharon que hubo varias víctimas. CNN no ha confirmado de forma independiente que haya víctimas.
En ese momento, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo a través de su portavoz Stephane Dujarric que estaba profundamente preocupado por la escalada del conflicto y reiteró su llamado para que se detuvieran todas las hostilidades.
La ONU ha trasladado a unos 100 miembros del personal fuera de Tigray debido a preocupaciones de seguridad, y quedan 400 miembros del personal de la ONU, dijo el miércoles el portavoz adjunto Farhan Haq.
Hay casi 2.000 trabajadores humanitarios que permanecen en Tigray, incluidos los de la ONU y ONG nacionales e internacionales, dijo Haq.
Etiopía dijo a fines de septiembre que estaba expulsando a siete altos funcionarios de las Naciones Unidas, pocos días después de que el jefe de ayuda de la ONU advirtiera que la región de Tigray estaba cayendo en una hambruna debido al bloqueo del gobierno de las entregas de ayuda.
Se estima que 18.600 niños en Tigray menores de 5 años han sido ingresados ??para recibir tratamiento por desnutrición aguda severa (SAM) de febrero a agosto de este año, según UNICEF. Eso es un aumento del 100% en comparación con 2020, dijo.
El ejército etíope había tenido el control de gran parte de Tigray desde noviembre de 2020, cuando lanzó un importante asalto a la región con el apoyo de soldados eritreos y milicias locales en un esfuerzo por sacar al TPLF del poder. Fue la última vez que se lanzaron ataques aéreos contra Mekelle.
La operación se inició después de que Abiy acusó al TPLF de atacar una base militar federal en Mekelle, y después de que los líderes de Tigray tomaran la decisión de elegir una administración regional.
Tras la captura de Mekelle, el gobierno etíope anunció un alto el fuego unilateral durante varios meses. Pero las fuerzas de Tigrayan descartaron categóricamente una tregua, y un portavoz del TPLF dijo que sus fuerzas no descansarían hasta que el ejército etíope y sus fuerzas aliadas hubieran abandonado toda la región.
Etiopía ha sido testigo de una ola de atrocidades durante los últimos 11 meses de conflicto, que ha obligado a 2 millones a huir, ha alimentado la hambruna y ha dejado miles de muertos. El conflicto, según muchos relatos, tiene el sello distintivo del genocidio.
Bethlehem Feleke informó desde Nairobi, Katie Polglase y Gianluca Mezzofiore informaron desde Londres. Sheena McKenzie escribió en Londres. Lindsay Isaac contribuyó a este informe.