jueves, abril 25, 2024
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La diabetes, una pandemia que pocos toman en serio

Solo con alimentación sana y ejercicio se evitaría la mitad de los casos de diabetes tipo II, pero la cifra no para de crecer. La falta de conciencia sobre los riesgos y los síntomas son la clave.

G. MAESTRE, S/C de Tenerife

Es la enfermedad más presente en Canarias. Rara es la persona que no tiene un familiar, amigo o conocido afectado por esta dolencia. Sin embargo, todos los indicadores apuntan a que lejos de disminuir su prevalencia, no hará otra cosa que aumentar en los próximos años debido a las elevadas tasas de obesidad del Archipiélago y a la falta de conciencia sobre sus riesgos y sobre las consecuencias que tiene para la salud no tratarla o no hacerlo adecuadamente.

El doctor Enrique Palacios es el jefe de Endocrinología del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria y defiende al máximo la necesidad de fomentar la prevención en aquellos casos de diabetes tipo II.

“Existen dos tipo de diabetes; la del tipo I se caracteriza por la ausencia de insulina en la persona desde muy joven. Suele deberse a componentes genéticos y supone uno de cada 20 casos. La diabetes de tipo II es la más frecuente y está directamente asociada a la obesidad, por eso se puede prevenir. Si se cuidan la alimentación y el estilo de vida no tiene por qué aparecer, el problema es que en la actualidad se siguen unos patrones de vida que se basan en hábitos poco saludables, como la inactividad y la ingesta de alimentos energéticos que producen hipertensión y colesterol”, explica el experto antes de señalar que el problema grave comienza a centrarse en los más pequeños.

 Menos esperanza de vida.- Seguir una dieta saludable y realizar algo de ejercicio es una receta que los especialistas médicos están cansados de repetir. Sin embargo, las cifras de niños obesos no paran de aumentar. “Las acciones deben empezar desde las edades más tempranas, y eso se le tiene que decir claramente a los padres para que se impliquen más, porque de no poner control a la diabetes y a la obesidad los niños de ahora no sobrevivirán a sus padres. La esperanza de vida se recorta de forma notable. Es fuerte, pero es así, porque justamente ahora que hay más avances médicos y nutricionales que nunca es cuando más enfermos hay. Son unas perspectivas negras, pero si la población joven es obesa, cuando sea adulta estará enferma y en Canarias el indicador de prevalencia se sitúa ya en un 22%”.

Revisar el estilo de vida.- Respecto a si el sistema sanitario está preparado para asimilar un repunte de la demanda de servicios especializados como el que anuncian los expertos, Palacios lo tiene claro: será un reto, pero no sólo para la sanidad, también ha de serlo para la sociedad en general porque éste no es más que el reflejo de un estilo de vida basado en el sedentarismo. La arquitectura, por ejemplo, también debe revisarse, tenemos que movernos, tener actividad”.

En este sentido, recuerda cómo hace pocos años algo tan sencillo como ir a la compra suponía hacer ejercicio. “Una persona tenía que ir a la frutería, que estaba en un sitio, la panadería en otro y la pescadería más allá, e iba caminando a todas partes. Ahora se han impuesto los centros comerciales a los que uno va y en un mismo lugar lo encuentra todo. Es cómodo, sí, pero contraproducente para nuestro organismo, que nos pide más actividad”.

Además, insiste una y otra vez en que la alimentación es fundamental y debe contener gran cantidad de fruta y verdura y menos productos con grandes concentraciones de calorías.

Detección.- Uno de los principales problemas que presenta esta enfermedad es que tarda mucho en diagnosticarse. Aunque en los casos del tipo I suele detectarse y tratarse más rápidamente debido a que el riesgo es elevado desde el primer momento por la carencia de insulina, tanto los especialistas hospitalarios como los propios pacientes inciden en que simplemente con la detección temprana en el tipo II las consecuencias sobre la salud se minimizan, siempre y cuando el afectado siga el tratamiento y las indicaciones adecuadas. En este aspecto, tiene un papel importante el hecho de que la persona que tenga algún síntoma (se detallan en el recuadro de abajo) acuda a su médico, se lo transmita y acuda a cuantos controles sean precisos.

Fallos en la sanidad.- “Debería haber un protocolo eficaz para que cuando a una persona se le diagnostique la diabetes se le explique qué debe hacer para no perder calidad de vida. Sin embargo, actualmente en Canarias se les entrega un folleto con la alimentación que debe llevar a cabo y hay pocos profesionales especializados y aún menos que tengan tiempo para explicar al enfermo su situación y responder a las dudas que pueda tener”, admite el responsable de la Asociación para la Diabetes de Tenerife (ADT), Francisco Darias, para quien es fundamental la educación diabetológica.

“Cada persona tiene unas circunstancias, unas dudas, y la atención debería ser lo más personalizada posible. No sólo se le debe ayudar a identificar qué alimentos son más perjudiciales, sino que se le debe enseñar cómo comerlos, es decir, muchos entienden que no pueden comer nunca más esos alimentos y no se trata de eso, sino de que sepan qué cantidades y cómo lo pueden consumir”, añade.

En lo que coinciden todas las partes implicadas es en la necesidad de que esta enfermedad no se infravalore, porque esa es su peor arma. “Como quien la padece puede llevar una vida normal, salvo que haya desarrollado otras patologías asociadas, parece que no pasa nada, pero es una dolencia que está latente y cuando se muestra es demasiado tarde para dar marcha atrás. Baste con decir que de 600 personas que se dializan en Canarias 300 tienen diabetes. Es un dato demoledor”.

Coordinación de esfuerzos.- Que la sociedad tome conciencia de la gravedad de la enfermedad y de sus posibles consecuencias es la prioridad de expertos, administración y pacientes, pero al mismo tiempo reconocen que falta coordinación y organización entre todos los agentes. “Se comienza a elaborar un plan y queda en nada. Se incorporan novedades en los planes de salud que luego no prosperan. Incluso las campañas por la celebración del Día Mundial de la Diabetes de las asociaciones y la Administración van por separado y así es complicado que se puedan conseguir logros de tanta magnitud como a los que aspiramos”, reconoce Darias.

Por su parte, el endocrino sentencia que “la diabetes es la pandemia global”. Enrique Palacios enfatiza que se trata de “la enfermedad que refleja nuestro estilo de vida, mientras no seamos capaces de tener claro que hay que cambiar hábitos y hacerlo desde muy pequeños, poco o prácticamente nada impedirá que continúe creciendo cada día más. Sin embargo, con pequeños gestos se puede avanzar mucho”.

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