En una economía como la argentina, dominada por la inflación y la incertidumbre, las criptomonedas parecen brindar la oportunidad de obtener ganancias a largo plazo o al menos, resguardar los ahorros. Sin embargo, antes de lanzarse a operar, vale la pena conocer algunas reglas de oro fundamentales para invertir de manera segura.
En los últimos dos años, un período de volatilidad de precios, las regulaciones del sector, las estafas millonarias y la quiebra de algunos referentes provocaron un reordenamiento de este ecosistema.
El escenario global de las criptomonedas, como exponen en Interactive Brokers, se caracteriza por una volatilidad extrema, tecnicismos complejos y una incertidumbre normativa que puede resultar abrumadora para los novatos.
A diferencia de los mercados tradicionales, la especulación con estas monedas digitales posee una doble cara: en una, se acuñan las ráfagas de beneficios y en el reverso, se graban las pérdidas millonarias.
Los fraudes con criptomonedas son actualmente el tipo de estafa «más riesgoso» en Estados Unidos, según un informe reciente de la organización sin fines de lucro Better Business Bureau.
Alrededor del 80% de los estadounidenses víctimas de estafas con criptomonedas e inversiones relacionadas perdieron dinero. En promedio, 3.800 dólares, aunque muchos pierden «mucho más».
Antes de crear una cartera, lo expertos de eToro señalan que, lo primero siempre es fijar los objetivos. Preguntarse qué espera lograr uno con estas inversiones. ¿Está buscando crecimiento a largo, corto plazo o una combinación de ambos?
Los especialistas de Binance señalan que, si uno avanza con un enfoque estratégico, realiza una investigación sobre sus vaivenes, con una asignación cuidadosa y diversificada, el peligro se atenúa substancialmente.
Para cualquier principiante, «el mercado» aparenta ser un sistema complejo que solo un especialista puede dominar, pero la verdad es que todo se reduce a personas que compran y venden. Las 5 normas elementales son:
Minimizar los riesgos
Las expectativas de que un activo vaya a subir de precio, sin basarse en un análisis técnico, son tan aleatorias, como las apuestas en un casino. La gestión de riesgo es una disciplina cuyo objetivo es reducir las perspectivas de un eventual naufragio.
Esta metodología que puede ser aplicada en diversos sectores comerciales, en el mundo cripto, ayuda a planificar acciones de forma anticipada, con el fin de proteger el capital y evitar que las pérdidas se salgan de control.
La volatilidad es una de las características intrínsecas de los activos digitales. El cimbronazo se produce a partir de fenómenos como la oferta y la demanda, la competencia, la innovación, la regulación, la especulación, la moda, el miedo o la codicia.
Estos factores son cambiantes y como son difíciles de mensurar, pueden impactar en su valor, tanto en sentido descendente como ascendente.
Fraccionar en mitades
?Ninguna cartera digital puede enfocarse en un solo producto, una regla que también se aplica a las criptomonedas.
Una buena estrategia para reducir riesgos es dividir el capital en diferentes canastas de criptomonedas, como Bitcoin, Ethereum y el resto de los altcoins.
La diversificación es una táctica que es adoptada, sobre todo, por los principiantes. Este enfoque reduce su exposición a la volatilidad de los activos individuales y ayuda a mantener una cartera general más estable.
La idea es que, si una divisa experimenta una caída significativa de su valor, es posible que otras aún conserven un buen rendimiento, compensando así algunas de las pérdidas.
Sin embargo, armar una cartera es bastante simple para la mayoría de los operadores. Lo complejo es construir un portafolio de criptomonedas que esté equilibrado, algo que requiere cierta habilidad mercantil.
Ir a lo seguro
A los que recién se inician, el camino más seguro es el de los stablecoins, criptomonedas estables que no fluctúan su valor, ya que están atadas al de un determinado activo.
Por ejemplo, el USD Coin es una stablecoin cuyo precio está anclado en paridad 1 a 1 con el dólar estadounidense, evitando la disipación. Están respaldadas en reservas de dólares en efectivo custodiados en una cuenta bancaria.
Es muy común utilizarlos como reserva de valor para refugiarse contra la inflación, para pagos locales o internacionales y también, para invertir en las llamadas finanzas descentralizadas (DeFi).
Otra opción son las grandes criptoactivos establecidos, como Bitcoin y Ethereum, que tienen una gran capitalización de mercado y están vinculados a una serie de productos financieros construidos sobre ellos, como ETF y mercados de derivados. Además, estas monedas han resistido varios ciclos y caídas importantes.
El dato más auspicioso es que han demostrado su resistencia, a diferencia de las monedas más nuevas o de menor capitalización.
Regla del costo promedio
Los Bitcoin con costo promedio en dólares, también conocido como Constant Dollar Plan, es una estrategia de inversión en la que se compra una cantidad fija a intervalos regulares -puede ser semanal o mensual- sin importar las variaciones que experimente.
La idea es que, en lugar de hacer una única gran inversión, se efectúen varias compras pequeñas a lo largo del tiempo. Esta estrategia distribuye el riesgo y potencialmente puede conducir a mejores precios de compra.
El resultado es un enfoque de inversión disciplinado en el que se elimina la necesidad de tomar decisiones basadas en movimientos a corto plazo. Esto puede aliviar las reacciones emocionales a los balanceos constantes.
En lugar de obsesionarse con los gráficos, el ahorro automático utilizando el costo promedio en dólares elimina el estrés de determinar el momento adecuado para comprar.
La doble faz
Una estrategia popular entre los más conservadores es la de comprar y mantener los tokens. A esta metodología, en la jerga se la conoce como «Hold on Dear Life o HODL».
Quienes siguen este rumbo como parte de su planificación financiera se mantienen comprometidos con los beneficios a largo plazo. Esta convicción los hace mantener sus monedas a través de múltiples oscilaciones de precios, creyendo que, en última instancia, ganará valor con el tiempo.
La estrategia opuesta es el Day Trading, que apuesta al corto plazo. Lo que implica la compra y venta se produce en el día. Para moverse en este territorio, además de conocer el mercado, se debe tener templanza y un poco de suerte.
Los traders que usan esta opción intentan beneficiarse de las pequeñas fluctuaciones en el precio a lo largo del día. El objetivo de los day traders es generar ganancias a partir de la volatilidad del mercado. Por ello, el volumen y la liquidez son cruciales.