CHORIPETRADAS
Como ciudadano del común, con deberes, pero también con derechos, estoy con bastantes encrucijadas en el alma, como decía cierto expresidente cuando le propuso a los colombianos que le dieran la oportunidad de reelegirse hasta cuando arreglara el país. Encrucijadas que se tornan en preocupación grave ante los acontecimientos que están ocurriendo y que pueden encarrilar a la nación por caminos de impredecibles consecuencias.
Otro, aún no expresidente, ante el berejenal en que está y solo en compañía de una inmensa soledad, considera que la salida a los graves problemas de Colombia es convocar a Asamblea Constituyente. Así embolataron a los colombianos en 1990, cuando mediante un golpe de estado técnico cerraron el Congreso, derogaron la constitución de 1886 y expidieron la de 1991, con el sofisma que el progreso, la paz y la concordia de los colombianos se había pactado mediante dicho acuerdo de voluntades. Lo que realmente se constitucionalizó y era lo que le importaba al poder político que gobierna a Colombia era constitucionalizar el libre comercio económico que tanto daño le está causando a la producción y al trabajo colombiano.
No creo que el presidente tenga en estos momentos el poder político para salir airoso como quiere con su constituyente, más bien me parece que es una cortina de humo para desviar la atención del ojo visor público sobre la grave problemática por la que atraviesa el país.
Sobre la paz total hay más llamaradas que bomberos. El presidente acaba de acusar a sus interlocutores del “Estado Mayor Central de las FARC” (EMC) de ser traquetos vestidos de revolucionarios. (https://www.wradio.com.co/2024/03/21/petro-acusa-a-ivan-mordisco-de-narcotraficante-vestido-de-revolucionario/, 20/03/2024- 21:52 h COT).
Acusación que a “Iván Mordisco” (jefe del EMC) ni cosquillas le causa. Pero éste le respondió con una frase que causa escozor en la sociedad y en los entes de control: “Cuando lo apoyamos en campaña no éramos traquetos”.
Lo de la acusación de la entrega de la soberanía nacional a los Estados Unidos al entregarle la Isla Gorgona para construir una base militar está en el tintero sin respuestas convincentes de nacionalidad.
Los maestros están quisquillosos ante los reiterados aplazamientos de la convocatoria del concurso para ascenso, ante el afán de acabar el Fondo de Prestaciones sociales del Magisterio y la demora en definir propuesta de modificación del sistema empobrecedor de financiar la educación. Con el sistema General de Participación actual no hay posibilidad de ampliar la planta de personal docente, ni de nombrar secretarias, vigilantes, aseadores y etcétera.
Los carrotanques para transportar agua a los habitantes de la Guajira terminaron en un mar de escándalos en vez de la solución parcial de las dificultades de hidratación de los guajiros.
El metro de Bogotá se ha “construido” muchas veces en los millonarios contratos estudios técnicos. La historia nos muestra que desde la alcaldía de Jorge Eliécer Gaitán ya se planteaba la urgencia de este sistema de transporte terrestre. Últimamente, desde octubre de 2014, cuando el alcalde de Bogotá presentó los estudios de detalle para la gran obra, las relaciones de la Alcaldía de Bogotá con el Gobierno nacional han sido de tensión porque cada quien quiere sacar provecho electoral de ella a costa del interés de los bogotanos.
Siendo alcalde de Bogotá, Gustavo Petro recibió del presidente Juan Manuel Santos un “cheque” por 9,6 billones de pesos para la primera línea (https://www.elespectador.com/bogota/el-cheque-de-santos-para-el-metro-de-bogota-article-562614/, 25 de mayo de 2015 – 09:33 p. m).
Razones tendría Santos para entregar un cheque simbólico y razones también tendría Petro para no contratar su construcción. Le dejó la tarea a Peñaloza, que no quería metro.
Hoy Petro es el presidente de Colombia y entró en conflicto con Galán, el alcalde de Bogotá. Sabiendo que la capital de los colombianos lo que se merece es el metro en los rieles y no en tanto papel que cuesta millonadas de pesos.
PRIMER RECREO: Han transcurrido tres meses del año escolar y la gobernación del Cesar no ha nombrado a los profesores faltantes, tampoco a los aseadores, y el Gobierno Nacional no ha girado los recursos de gratuidad escolar a los colegios.
