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Guatemaltecos votan en segunda vuelta presidencial en el que una ex primera dama compite contra el hijo de un ex presidente, culminando una carrera conflictiva que ha preocupado a los observadores sobre el futuro del país.
Sandra Torres, vista en gran medida como candidata de continuidad para el establishment político, se postula contra el candidato anticorrupción Bernardo Arévalo, quien desafió las predicciones al terminar en segundo lugar en la primera ronda de votación en junio.
Torres ganó el 16% de los votos en la primera vuelta en junio y Arévalo obtuvo el 11,8% de los votos emitidos. Aún así, más del 24% de los votantes emitieron votos en blanco o inválidos y alrededor del 40% de los votantes registrados se abstuvieron, lo que los analistas han atribuido a altos niveles de desencanto con el sistema electoral de Guatemala después de que el estado descalificó a candidatos de la oposición que hablaron contra la corrupción.
Como candidato externo, la sorpresiva carrera de Arévalo en la segunda vuelta ha revitalizado el ciclo presidencial de este año, que ha estado plagado de acusaciones de interferencia gubernamental y temores de un retroceso democrático.
Los observadores de Guatemala tienen una cautelosa esperanza de que prevalezca la voluntad popular.
“Los guatemaltecos querían una opción en la boleta electoral donde pudieran votar para rechazar el sistema político actual. Y afortunadamente, ahora tienen esa como una de dos opciones”, dijo a CNN Will Freeman, investigador de estudios sobre América Latina en el Consejo de Relaciones Exteriores, sobre la candidatura progresista de Arévalo.
Los grupos de derechos humanos dicen que la corrupción y la impunidad se aceleraron entre la clase política del país después de que en 2019 se disolviera una comisión anticorrupción respaldada por las Naciones Unidas, conocida como CICIG, a la que se le atribuye haber ayudado en cientos de condenas. Los fiscales y jueces asociados con la comisión fueron arrestados. investigados, y muchos se han visto obligados a huir del país en los años siguientes en medio de altas tasas de pobreza y desnutrición.
Las preocupaciones sobre un retroceso democrático comenzaron a aumentar en el ciclo electoral de este año, cuando a los candidatos anticorrupción se les prohibió postularse, lo que provocó críticas generalizadas por parte de Estados Unidos y sus aliados occidentales.
Arévalo, quien anteriormente se desempeñó como embajador en España, también ha enfrentado intentos de descalificarlo. Un tribunal guatemalteco suspendió a su partido Movimiento Semilla a petición de Rafael Curruchiche, quien encabeza la Fiscalía Especial Contra la Impunidad y está en la lista Engels del Departamento de Estado de Estados Unidos de “actores corruptos y antidemocráticos”.
Curruchiche dijo que estaban investigando al Movimiento Semilla por presuntamente falsificar firmas de ciudadanos, afirmación que Arévalo ha negado.
Pero finalmente se le permitió postularse en la primera ronda luego de la protesta internacional de Estados Unidos, la Unión Europea y un grupo de donantes internacionales, conocidos como el G13, que incluye el Reino Unido y Canadá. Incluso Torres anunció que suspendería su campaña política en solidaridad con el Movimiento Semilla.
¿Quiénes son los candidatos?
El desempleo, la corrupción y los altos costos de vida están en la mente de los votantes cuando se dirigen a las urnas el 20 de agosto. “Los guatemaltecos quieren reemplazar este sistema político roto que no importa lo que digan los candidatos, terminan haciendo las mismas cosas en el cargo. ”, dijo Freeman.
Torres se ha comprometido a ampliar los programas sociales del país y ha abogado por políticas duras para abordar el crimen al estilo de Nayib Bukele, el presidente del vecino El Salvador. Tiene apoyo entre los votantes rurales, obtenido cuando ayudó a obtener más transferencias de efectivo y beneficios como primera dama hace más de una década.
La mujer de 67 años encabeza uno de los partidos políticos más grandes del país, Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y fue primera dama del país junto a su exmarido, el expresidente de centroizquierda Álvaro Colom, de 2008 a 2011. .
Este es el tercer ciclo presidencial en el que compite Torres, perdiendo en 2019 ante el actual presidente Alejandro Giammattei. Su paso por el centro de atención la ha convertido en uno de los nombres más reconocidos en la carrera política, aunque muchos guatemaltecos han indicado que no votarán por ella.
El impulso actual parece estar detrás del ex diplomático. Arévalo es visto como un pragmático del partido de centro izquierda Movimiento Semilla, que cofundó en 2017, y puede aprovechar el descontento generalizado contra la clase política actual. Su padre, Juan José Arévalo, fue el primer presidente elegido democráticamente en Guatemala en 1945 y se le recuerda con cariño por crear el sistema de seguridad social del país.
Nacido en Uruguay, durante el exilio de sus padres del país, Arévalo regresó a Guatemala en 2013, según CNN Español.
Abordar la corrupción es su primera tarea, según su plan de 100 días si llega al poder.
Arévalo parece menos interesado en procesar a los actores corruptos y más centrado en acabar con el gasto excesivo, dice Freeman. «La teoría es más bien que es necesario solucionar la corrupción en su origen y evitar que los contratos públicos se adjudiquen de forma no competitiva».
Ha prometido traer de regreso a los periodistas, jueces y fiscales que huyeron del país tras el cierre de la CICIG por parte del gobierno; esto incluye a la ex contendiente presidencial de su partido, Thelma Aldana, conocida por sus cruzadas anticorrupción que llevaron a la condena de un ex presidente. A Aldana se le prohibió participar en la carrera de 2019.
Guatemala actualmente reconoce a Taiwán y Arévalo ha dicho que le gustaría que Guatemala tuviera relaciones tanto con Taipei como con Beijing.
La élite empresarial de Guatemala se ha sentido atraída por él, como lo anunció el presidente ejecutivo de Duolingo, Luis Von Ahn. en X que había contribuido con 100.000 dólares a su campaña.
Se espera que el Congreso esté controlado en gran medida por los partidos del establishment después de las elecciones de este año, incluido el partido Vamos del presidente saliente y la UNE de Torres. Incluso si Arévalo gana en las urnas el domingo, es posible que haya muchos más obstáculos por venir.
