Los grandes lagartos son una visión familiar en el Singapur ecuatorial, pero sorprendieron al doble campeón mundial de Red Bull, Max Verstappen, y a otros pilotos después de desviarse en la pista de Fórmula Uno durante la práctica del viernes.
Se ondearon banderas amarillas para advertir del peligro de atropellar a una de las criaturas, que puede crecer hasta tres metros, mientras cruzaban lánguidamente la pista al anochecer durante la sesión de una hora.
El lagarto monitor estuvo tres veces bajo bandera amarilla antes de que pareciera ser golpeado por el Aston Martin de Fernando Alonso en la curva 9.
La fauna local no es una compañía infrecuente, con conductores acostumbrados a las marmotas y los zorros en el circuito canadiense Gilles Villeneuve en Montreal. Malasia, que ya no está en el calendario, tuvo algún problema ocasional con las serpientes.
La incursión del lagarto del viernes recordó la carrera de Singapur de 2016, cuando Verstappen fue sorprendido en la pista por uno grande al que su ingeniero apodó «Godzilla».
«Ah. Hay otra vez un lagarto en la pista. Esta vez uno más pequeño», dijo por la radio del equipo en la sesión del viernes.
«Quizás Godzilla tuvo un hijo», respondió el ingeniero Gianpiero Lambiase.
La Junta de Parques Nacionales de Singapur advierte en su sitio web que los lagartos monitores suelen ser tímidos, a menos que estén acorralados, y deben observarlos desde lejos.
También son diurnos, lo que significa que duermen por la noche y, con suerte, no supondrán más dificultades para los pilotos que se preparan para la carrera nocturna del domingo.
«Será un valiente el que salga y recoja uno de esos», dijo el jefe del equipo Red Bull, Christian Horner, a la televisión Sky Sports. «Ojalá se vayan a dormir pronto.
«Creo que el que Max conoció la última vez era más un dragón de Komodo que un lagarto, pero lo principal es que espero que puedan agarrarlo y ponerlo en un lugar seguro y no involucrarse en la próxima sesión».
