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El gigante de internet está dispuesto a cambiar drásticamente la manera en que se muestran los resultados de sus famosas búsquedas.
El boom de la Inteligencia Artificial (IA) no frena y las grandes empresas empezaron a reaccionar frente a la arrolladora irrupción de ChatGPT a finales del año pasado.
La batalla que veremos en los próximos meses es por quién liderará -y por ende quién decidirá el marco conceptual y comercial- la forma en que consumimos y generamos la información. Pero no solo eso sino también en las transformaciones que podremos lograr en varios aspectos de nuestra vida diaria con toda esa información.
Una de esas compañías que reaccionaron es Google, que para no perder terreno está dispuesto a cambiar drásticamente la manera en que se muestran los resultados de sus famosas búsquedas, su principal negocio. Nada menos.
Entre todas las novedades que presentó el miércoles en California, en su ya tradicional evento anual “Google I/O” para desarrolladores (que cumplió 15 ediciones), el foco de atención estuvo puesto en la IA, terreno que le está costando dominar.
La amenaza para Google es bien nítida. Al menos el rubro que se llama IA generativa de contenidos (sobre todo de textos y palabras), parece estar quedando en manos de otras empresas, como Microsoft.
La startup OpenAI (donde Microsoft invirtió más de 10 mil millones de dólares) sorprendió cuando en noviembre último presentó la versión 3.5 de ChatGPT abierta a cualquier usuario. Fue una revolución. En solo dos meses alcanzó los 100 millones de usuarios, convirtiéndose en la aplicación con más rápida adopción de la historia.
Desde febrero que Microsoft usa el ChatGPT en su buscador Bing (Bing IA) y esto golpea fuerte en el corazón del negocio de Google donde durante más de 20 años fue amo y señor: las búsquedas.
El boom de la IA transforma las búsquedas en internet
Vivimos tiempos vertiginosos que obligan a cambios drásticos. Por eso en las próximas semanas veremos modificaciones en los tradicionales resultados de las búsquedas de Google. Estos serán más visuales y aparecerá una ventana de fondo verde con texto generado por IA con información, preguntas y links relacionados al tema buscado. El negocio detrás del SEO (las siglas en inglés de optimización para motores de búsqueda) es una gran incógnita.
Queda claro que avanzamos hacia un modelo de búsquedas donde, a diferencia de escribir una palabra y que nos tire una lista de links como ocurrió hasta ahora, exista una conversación más fluida entre usuarios y máquinas. Donde uno pueda preguntar y mantener una charla con un asistente digital que nos ayude y nos guíe en lo que queramos hacer, desde una receta de cocina hasta planear nuestras vacaciones o una presentación para el trabajo.
En este sentido, ahora Google apuesta todas las fichas a Bard, su plataforma de IA de consumo masivo presentada hace unos meses, sin éxito. Es que tuvo un par de errores y además solo estaba disponible en EEUU y Reino Unido. Los tiempos se aceleran.
Estará lista para usarse en más de 180 países con el fin de expandir la cantidad de usuarios. Para eso la empresa del buscador cuenta con su propio modelo de lenguaje llamado PaLM. La versión 1 fue estrenada el año pasado y esta semana mostraron la 2. Fue entrenado, aseguran, con más de 100 idiomas distintos, lo que le permite no solo traducir sino entender chistes, adivinanzas, temas y hasta ironías.
Ahora se integrará con más de 20 productos de la empresa, como el buscador (clave en sus ingresos de publicidad), Gmail (para redactar correos), Photos, Maps, YouTube, Docs (para generar documentos) y por supuesto, en Android, el sistema operativo de todos los celulares del mundo que no son iPhone.
El objetivo es juntar toda la potencia que generan sus múltiples productos para expandir la IA a todo el mundo. Lo dijo ayer su CEO, Sundar Pichai: “Estamos en un punto de inflexión”.
No hay tiempo que perder. La batalla acaba de empezar.
SL
