CNN
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Ecuador está bajo medidas de seguridad reforzadas en medio de una ola de violencia cada vez más intensa que ha dejado varios policías muertos y obligó al presidente Guillermo Lasso a declarar un estado de emergencia de 45 días en las provincias de Guayas y Esmeraldas.
El secretario de Seguridad Nacional, Diego Ordoñez, prometió el jueves que el gobierno recuperaría el control de las penitenciarías de Ecuador, lugares de repetidos derramamientos de sangre, e implementaría otras operaciones contra el crimen, luego de una reunión de emergencia del consejo.
Al menos cinco policías ecuatorianos han muerto en ataques con explosivos, anunció este martes Fausto Salinas, jefe de policía de Ecuador, durante una conferencia de prensa.
Salinas dijo que el mismo día se registraron tres detonaciones en la ciudad de Esmeraldas: dos carros bomba y uno en las inmediaciones de la Unidad de Policía Comunitaria. Agregó que la ola de ataques se inició en respuesta al traslado de decenas de reos a otros penales del país.
El presidente Lasso ha culpado repetidamente a las bandas de narcotraficantes organizadas por la violencia dentro de las cárceles y en todo Ecuador, que es un punto de tránsito clave en la ruta que lleva la cocaína desde Sudamérica a los EE. UU. y Asia.

Las cárceles de Ecuador están crónicamente sobrepobladas. En julio de 2021, el entonces jefe penitenciario Eduardo Moncayo dijo a medios locales que el Penal del Litoral era el más superpoblado del país, con más de 9.000 reclusos en un recinto previsto para 5.000.
El sistema penitenciario ha estado en alerta máxima desde septiembre de 2021 con enfrentamientos carcelarios con armas automáticas e incluso granadas.
Más de 300 reclusos murieron en la violencia carcelaria en 2021, según cifras del servicio penitenciario ecuatoriano SNAI, y en mayo un motín carcelario en el norte del país dejó más de 23 muertos.
Los ministros del gobierno ecuatoriano han culpado de los ataques al intento del gobierno de combatir el crimen organizado.
“No vamos a bajar la guardia, no van a bajar la moral de la policía. La fuerza del Estado no puede ceder ante el crimen organizado. La policía no puede aparecer desbordada”, dijo el martes por la mañana el ministro del Interior, Juan Zapata.
Según el servicio penitenciario de Ecuador, SNAI, el motivo de los traslados que comenzaron el martes es “reducir el hacinamiento, mejorar la infraestructura y las condiciones de seguridad”. SNAI también escribió en un tuit que 1.002 reclusos fueron trasladados de la prisión más violenta de Ecuador, Guayaquil, a prisiones de todo el país.

El ministro de Defensa, Luis Lara, dijo que los ataques se realizaron en respuesta a la “firme decisión del Gobierno Nacional de retomar el control de las cárceles y erradicar el negocio de las drogas en el país”.
Dijo que la violencia en Guayas y Esmeraldas está asociada al narcotráfico y al crimen organizado.
En Guayaquil se han desplegado unos 1.400 efectivos de las Fuerzas Armadas, y esta semana se sumarán más, agregó.
“Lo que pasó en Guayaquil y Esmeraldas es devastador. Los grupos criminales no podrán tomar el país”, escribió el martes el canciller Juan Carlos Holguín en un tuit. “Todo el apoyo a nuestro presidente Guillermo Lasso, a nuestras Fuerzas Armadas, a la Policía. Esto debe ser una cruzada nacional. El apoyo internacional ha sido clave en esta cruzada”.