Jim Redmond, quien ayudó a su hijo lesionado Derek a terminar la semifinal de los 400 metros de los Juegos Olímpicos de 1992, en lo que fue uno de los momentos más memorables del deporte, murió a los 81 años.
Derek, que estaba en buena forma de cara a los Juegos de Barcelona, ??registró el tiempo más rápido en su serie, pero se desgarró el tendón de la corva en la recta de atrás. Pero en lugar de buscar atención médica, intentó llegar cojeando a la línea de meta.
Al doblar la curva, se le unió su padre Jim, quien se abrió paso entre los oficiales de la pista y les hizo señas para que se alejaran, sosteniendo a su inconsolable hijo y cruzando la línea juntos mientras los fanáticos en el estadio les daban una ovación de pie.
Nuestros pensamientos están con Derek Redmond y su familia tras la muerte de su padre, Jim.
Juntos, nos trajeron uno de los momentos más inspiradores de la historia olímpica. ?? pic.twitter.com/IyHekB2fyP
— Los Juegos Olímpicos (@Olympics) 4 de octubre de 2022
«Nuestros pensamientos están con Derek Redmond y su familia tras la muerte de su padre, Jim», dijeron los Juegos Olímpicos en Twitter el martes.
«Juntos, nos trajeron uno de los momentos más inspiradores en la historia olímpica».
El equipo GB dijo: «Descanse en paz Jim Redmond, padre de Derek, cuyo momento olímpico nunca será olvidado».
Dos décadas después de ayudar a Derek a cruzar la línea, Jim sería el portador de la antorcha en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
«Pase lo que pase, tenía que terminar y yo iba a ayudarlo a terminar», dijo Jim a la BBC después de la carrera.
«Comenzamos su carrera juntos y la íbamos a terminar juntos».