La brecha entre el aumento de los salarios y la tasa de inflación anual sigue siendo incómodamente alta.
«El deseo de seguir el ritmo de la inflación hace que los trabajadores exijan mayores salarios y beneficios, lo que por supuesto conducirá a más inflación», escribió Greg Valliere en una nota a los clientes. «Los trabajadores del ferrocarril están liderando el camino, pero todos quieren más».
Esos son los dólares y centavos detrás de la insatisfacción de los trabajadores. Pero no se trata sólo de pagar.
«Este es el problema de la calidad de vida», dijo Dennis Pierce, presidente nacional de la Hermandad de Ingenieros de Locomotoras y Treneros.
Los trabajadores están aplastados por una inflación cercana a la más alta en 40 años, sí, pero también agotados por las interrupciones de una pandemia. Desde una huelga ferroviaria que se evitó hasta maestros que se retiraron del trabajo en Seattle, una disputa de enfermeras en Minnesota y la organización de ganancias para los baristas, estos trabajadores exigen más de sus empleadores.
“Estamos viendo realmente por primera vez en 50 años un reequilibrio de poder entre los trabajadores y las corporaciones”, me dijo Rana Faroohar, analista económica global de CNN, en Early Start de CNN. “Eso es algo muy nuevo y espero que continúe. Creo que los salarios van a subir y creo que van a ver más demandas de cosas como vacaciones, licencia por enfermedad, mejor trato en todas las industrias”.
Valliere está de acuerdo: «Habrá más contratos por tres años o más, y más salarios estarán vinculados al IPC, a medida que los sindicatos flexionen sus músculos».
Aquí está el enigma. Para los trabajadores, cerrar esa brecha entre salarios y precios al consumidor podría, en realidad, ser inflacionario.
«‘Oh, Dios, los salarios están subiendo, va a ser malo para la inflación'», bromea Faroohar. «Bueno, ya sabes, la mano de obra recientemente ha visto aumentos del 5 % en general. Las cosas que nos hacen de clase media (vivienda, atención médica, educación) están aumentando al triple de esa tasa. Así que creo que poner un poco más de dinero en bolsillos de los trabajadores no es una mala idea».
Todo esto se produce en el contexto de un mercado laboral muy ajustado. Hay dos trabajos disponibles para cada persona que busca trabajo. Las empresas tienen 11 millones de puestos vacantes que buscan cubrir. La oferta y la demanda sugiere, al menos por ahora, que la ventaja es para el trabajador.