Las autoridades dijeron que estalló un tiroteo luego de que la policía recibió disparos mientras se preparaba para ingresar a Vila Cruzeiro, una comunidad desfavorecida donde se sospecha que se habían reunido los líderes de un presunto grupo criminal.
En una nota oficial difundida por su oficina de prensa el martes por la noche, la policía militar de Río dijo que aunque era «necesaria», la redada no podía considerarse exitosa dada la pérdida de vidas.
«No es posible considerar un éxito una operación que resultó en la muerte», se lee en el comunicado.
En una conferencia de prensa anterior, el secretario de la Policía Militar de Río de Janeiro, Luiz Henrique Marinho Pires, había dicho que la operación fue impulsada por la «migración criminal» hacia el barrio, que según él alberga narcotraficantes de otros estados.
Después del allanamiento, los vecinos de Vila Cruzeiro se reunieron en la cima de la colina donde ocurrió el tiroteo para buscar cadáveres, según el activista local Raull Santiago. Las escuelas y los servicios de salud pública también cerraron como resultado de la redada, dijo el secretario de educación de la ciudad.
La redada tuvo lugar a pesar de una prohibición de junio de 2020 por parte de la Corte Suprema de Brasil sobre las operaciones antidrogas en los barrios marginales densamente poblados de Río de Janeiro, excepto en circunstancias «absolutamente excepcionales» durante la pandemia de coronavirus. El fallo fue diseñado para evitar una mayor presión sobre los servicios humanitarios y de salud pública.
La oficina de prensa del Hospital Getulio Vargas le dijo a CNN que 21 personas llegaron muertas al hospital después del allanamiento y otras seis ingresaron con heridas.
Pires dijo que el fallo contra las redadas había atraído a presuntos delincuentes a las comunidades pobres.
“Hacer de esta (comunidad) su escondite es resultado de la decisión”, dijo durante la conferencia de prensa.
Las redadas policiales en Río de Janeiro suelen provocar un alto número de muertos, lo que genera fuertes críticas por parte de los defensores de los derechos humanos.
Un estudio de mayo de 2022 realizado por investigadores de la Universidad Federal Fluminense (UFF) de Brasil encontró que entre 2007 y 2021, las redadas policiales en Río de Janeiro provocaron tres asesinatos en masa, en los que mueren al menos tres personas, por mes en comunidades desfavorecidas.
Un total de 2.374 personas murieron durante redadas policiales en ese período, según datos de la UFF.
La redada del martes marca la segunda más mortífera de su tipo en la historia de la ciudad, según la UFF. La operación más mortífera, realizada por las fuerzas de seguridad en el barrio Jacarezinho de Río de Janeiro, dejó 28 muertos en mayo de 2021, según la universidad.