Desde 1964 hasta la actualidad, el país ha registrado más de 100.023 personas desaparecidas, de las cuales más de 24.700 son mujeres y más de 74.700 hombres. Se desconoce el sexo de 516 personas.
La cifra ha aumentado en más de 20.000 personas solo en los últimos dos años, según los datos, que fueron recibidos con indignación y llamados urgentes a mejorar los sistemas de búsqueda y rescate.
Solo 35 de las desapariciones registradas han llevado a la condena de los perpetradores, dijo el martes la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en un comunicado.
“No se deben escatimar esfuerzos para poner fin a estas violaciones y abusos de derechos humanos de extraordinaria amplitud, y reivindicar los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición”, dijo Bachelet.
Marlene Harbig del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) habló sobre el trauma que sufren las familias con personas desaparecidas.
“Las primeras horas son las más importantes, cuando alguien desaparece, sus familiares tienen derecho a saber qué sucedió”, dijo Harbig en un comunicado de prensa. “Conocer la suerte de las personas desaparecidas es ante todo un acto humanitario”.
A pesar de los números, Bachelet destacó los avances del gobierno mexicano, reconociendo a México como el primer país en permitir una visita del Comité de Desapariciones Forzadas de la ONU para trabajar con autoridades en 13 estados mexicanos.
Tanto el CICR como la ONU han pedido que se permita a los familiares trabajar con las autoridades gubernamentales para encontrar a sus seres queridos.
Según un comunicado a los medios, Michele Bachelet solicitó al gobierno «colocar a las familias de los desaparecidos en el centro de sus esfuerzos y poner a disposición los recursos necesarios para que las investigaciones y búsquedas sean efectivas».