Mohamud se desempeñó anteriormente como presidente desde septiembre de 2012 hasta febrero de 2017 y ahora es el primer líder del país elegido dos veces como jefe de estado de Somalia.
Después de su elección, prometió «trabajar en una política estable que lleve a Somalia al acuerdo y al mundo al acuerdo».
Farmaajo admitió la derrota el lunes por la mañana y felicitó a Mohamud, instando a apoyar a la administración entrante.
Mohamud ha disfrutado de una gran cantidad de mensajes de buena voluntad sobre su victoria, incluido uno del primer ministro de la vecina Etiopía, Abiy Ahmed.
La elección presidencial se había retrasado más de un año debido a una crisis política agravada por la lucha de poder entre Farmaajo y el suspendido primer ministro Mohamed Hussein Roble.
El gobierno entrante intentaría contener los crecientes desafíos de Somalia legados por la administración de Farmaajo. Somalia enfrenta su peor sequía en décadas y lidia con altos costos de vida y una secta islamista Al-Shabaab resurgente que continúa lanzando ataques letales en franjas del país, incluida la capital Mogadiscio.
El presidente que regresa, Mohamud, acusó a Farmaajo de no frenar al letal grupo terrorista desde que asumió el poder en 2017.
Designado durante mucho tiempo como una organización terrorista extranjera por los Estados Unidos, Al-Shabaab ha luchado para derrocar al gobierno central y establecer una regla basada en su interpretación estricta de la ley islámica Sharia.
A principios de mayo, la brutal secta invadió una importante base militar que albergaba a las fuerzas de la Unión Africana en Mogadishu y mató a varios cascos azules de Burundi.