Tetiana Ihnatchenko, vocera de la región de Donetsk donde ocurrió el ataque, dijo que los socorristas confirmaron las cifras iniciales de víctimas y advirtieron que es probable que aumenten. Hasta el momento se han reportado al menos 100 heridos.
La policía local dijo en un comunicado que los cohetes alcanzaron una sala de espera temporal, donde «cientos de personas esperaban el tren de evacuación».
«Esta es otra prueba de que Rusia está matando brutal y bárbaramente a los civiles ucranianos, con un solo objetivo: matar», dijo el alcalde de Kramatorsk en un comunicado.
El alcalde dijo que unas 8.000 personas por día iban a la estación a evacuar durante las últimas dos semanas. Unas 4.000 personas estaban allí cuando cayó el misil.
El Kremlin aún no ha comentado sobre las acusaciones.
«Los rusos sabían que hay miles de personas allí (en la estación de tren) todos los días», dijo.
Dos misiles alcanzaron la estación, según el jefe del sistema ferroviario nacional de Ucrania, Oleksandr Kamyshin. Pavlo Kyrylenko, jefe de la administración militar regional de Donetsk, dijo que el ejército ruso usó misiles balísticos de corto alcance Iskander.
La presentadora internacional en jefe de CNN, Christiane Amanpour, dijo que el ataque recordaba a uno en un mercado en Sarajevo durante la guerra en Bosnia, donde «los civiles comunes fueron masacrados mientras se dedicaban a sus asuntos».
El máximo diplomático de la UE, Josep Borrell, condenó el «ataque indiscriminado», mientras que el presidente de la UE, Charles Michel, lo calificó de «horroroso».
«Este es otro intento de cerrar las rutas de escape para quienes huyen de esta guerra injustificada y causan sufrimiento humano», dijo Borrell.
Borrell y la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, tienen previsto reunirse esta semana con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en Kiev.
El ataque se produce cuando las fuerzas rusas se preparan para una operación masiva en el este de Ucrania para tomar la disputada región de Donbas, dicen las autoridades ucranianas.
Donbas alberga las llamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, dos enclaves separatistas que el presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció como independientes poco antes de que Rusia invadiera Ucrania.
Durante casi ocho años, las dos regiones han sido escenario de una guerra de baja intensidad entre los separatistas respaldados por Rusia y las fuerzas ucranianas. Más de 14.000 personas murieron en los combates y ahora Kiev se prepara para más bajas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo que la «batalla por Donbas» ya está en marcha. Dijo que la lucha allí será una reminiscencia de las batallas destructivas durante la Segunda Guerra Mundial, ya que la ofensiva de Moscú podría involucrar «miles de tanques, vehículos blindados, aviones, artillería».
La inteligencia británica evalúa que las tropas rusas se han «retirado por completo» del norte de Ucrania a Bielorrusia y Rusia, y muchas podrían ser trasladadas al este de Ucrania para luchar en Donbas. Los oficiales militares ucranianos también dicen que han observado una acumulación de fuerzas rusas en el este.
Joshua Berlinger, Ivan Watson y Khrystyna Bondarenko de CNN contribuyeron a este informe.