Cuatro de las muertes ocurrieron en el centro comercial turco de Estambul, hogar de 16 millones de personas, y tres de los heridos se encuentran en estado grave. Se arrancaron árboles, se volaron muchos tejados, se derribaron los minaretes de las mezquitas y se destruyó una emblemática torre del reloj.
Según la Dirección General de Meteorología de Turquía, los vientos alcanzaron los 130 kilómetros por hora (80 millas por hora) en una de las tormentas de viento más agresivas del país que se recuerde. Turquía frecuentemente tiene vientos del suroeste conocidos como vientos Lodos, pero su velocidad en esta ocasión, junto con el daño que han causado, es inusual para el país.
Más de 30 aviones fueron desviados el lunes, aunque la mayoría fueron desviados de regreso a Estambul el martes. “El fuerte viento en Estambul continúa impactando negativamente nuestras operaciones. Todos nuestros equipos están trabajando duro para el viaje seguro y cómodo de nuestros huéspedes”, dijo el vicepresidente senior de relaciones con los medios de Turkish Airlines, Yahya Ustun.
Diez ciudades han suspendido la actividad escolar y Estambul ha prohibido las motocicletas. La actividad marítima a lo largo del Estrecho del Bósforo también se cerró al tráfico marítimo bidireccional.