martes, abril 16, 2024
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“Mucha gente está siendo estafada”

No robarías un JPG… ¿o sí”. La parodia, basada en una conocida publicidad de fines de los 90 en contra de la piratería de películas, aparece en la descripción de un archivo de casi 18 TB de NFTs que subió a un torrent Geoffrey Huntley, un programador que vive en una camioneta en Australia. Su objetivo es “concientizar” sobre esta tecnología que está tan de moda: ¿es una herramienta útil o una estafa?

El archivo que subió, llamado “billion dolar torrent”, “es un proyecto artístico educativo”, cuenta Huntley a Clarín, para que la gente “no sea estafada” y entienda que se trata de una inversión que debe ser tomada con cautela. Sobre todo debido a que es el último grito de la moda tech: no sólo hay artistas que venden sus obras sino que se empezaron a rematar memes, tuits y hasta el gaming comenzó a meterse en esta movida.

Un chiste recurrente en las redes es que con tan solo hacer clic derecho en una imagen y guardarla ya es suficiente para “llevarse” un activo protegido por esta tecnología. Y eso es lo que, de hecho, hizo a escala masiva este programador: descargó todas las imágenes y videos alojados en los blockchains (ver acá) NFT de Ethereum y Solana y los puso a disposición en un torrent.

Pero para entender lo que hizo Huntley hay que dar un par de pasos hacia atrás y explicar qué es esta tecnología de los NFT, cómo funciona, para qué se usa y qué usos se le está dando.

El directorio con el "billon dolar torrent". Foto ghuntley.com

El directorio con el “billon dolar torrent”. Foto ghuntley.com

Qué es un NFT

Más allá de constituir una moda, se trata, básicamente, de un certificado de autenticidad de algo que existe en el mundo digital, no material.

Sus siglas significan “token no fungible”. Un token es un activo digital que en este caso se integra a un blockchain (Ethereum y Solana) y que sea “no fungible” implica que no es intercambiable. La fungibilidad significa que algo es intercambiable e indistinguible: un billete de mil pesos argentinos es intercambiable por cualquier otro billete de mil pesos argentinos.

Los tokens, como las obras de arte, son no fungibles porque no hay forma de reemplazarlos: el primer tuit de la historia es uno solo, del mismo modo en que hay solo una Piedad original de Miguel Ángel.

Básicamente, cualquier imagen digital se puede comprar como NFT. Es por esto que, durante el año pasado y el actual, se vendió el primer tuit de la historia, un famoso meme -“Disaster Girl”-, obras de arte de Grimes, el código fuente original de la web creado por Tim Berners-Lee y una nota periodística del NYT. Hasta Javier Milei, flamante legislador por la Ciudad de Buenos Aires, vendió un NFT: un video donde él prendía fuego el Banco Central.

El director de cine Quentin Tarantino, en la convención anual de NFT de Nueva York, el pasado 2 de noviembre. Foto Bloomberg

El director de cine Quentin Tarantino, en la convención anual de NFT de Nueva York, el pasado 2 de noviembre. Foto Bloomberg

El problema de todo esto es que mucha gente cree que al comprar un NFT está comprando una imagen o un video, y esto no es así: “Espero que a través de ‘thenftbay.org’ la gente aprenda a entender que lo que está comprando cuando adquiere arte NFT ahora mismo no es más que una serie de instrucciones sobre cómo acceder o descargar una imagen. Hay una brecha de conocimiento entre el comprador y el vendedor en este momento que se está utilizando para explotar a la gente”, explica el programador.

Huntley creó “The NFT Bay”, un sitio web para “piratear” NFTs y burlarse del concepto que con su nombre parafrasea a The Pirate Bay, uno de los sitios para descargar películas, música, series, libros y programas más conocidos del mundo. El torrent que subió el programador, llamado “billion dollar NFT”, se convirtió en sí mismo en un NFT, llamado “the collector becomes the collected” (el coleccionista se convierte en coleccionado).

“Los NFT se almacenan en el blockchain y es posible ‘barrer’ toda la blockchain de Ethereum en menos de 10 horas. Un NFT (normalmente) tiene una propiedad que especifica dónde está alojada la imagen”, cuenta a Clarín, al ser consultado sobre cómo efectuó la descarga.

Por eso el proyecto de Huntley ni siquiera es piratería: es una recopilación de información que circula en internet, mucha de la cual es accesible con un simple googleo. Cuando lo tuiteó el jueves pasado, se volvió viral: 

El problema de su propuesta es la ambición de tener “todos los NFT del mundo”: el archivo es pesadísimo. Casi nadie tiene 18 TB de espacio disponible en su equipo y comprar tanto espacio en una nube es carísimo.

Consultado por estadísticas, el programador explicó: “Que yo sepa, nadie ha completado la descarga del torrent todavía. De hecho el seedbox se cayó el sábado temprano, así que no tengo estadísticas”. Pero sí sabe que la web donde está el torrent fue visitada por más de un millón de usuarios, probablemente más bien curiosos, antes que interesados en la descarga.

“Con el tamaño del torrent no mucha gente es capaz de descargarlo ni de tener espacio en disco para descomprimirlo. Tengo la intención de subirlo todo al archivo de internet en los próximos días para que las futuras generaciones puedan estudiar este momento”, cuenta.

Un programador suelto en Australia 

Geoffrey Huntley, programador australiano, vive en una "van". Foto: ghuntley.com

Geoffrey Huntley, programador australiano, vive en una “van”. Foto: ghuntley.com

Huntley es un programador freelance que trabaja en Gitpod, una compañía de developers. Vive en una camioneta en Queensland, noreste de Australia, y está planeando mudarse a Portugal el año que viene.

Por su particular proyecto -y por la zona horaria de Australia-, que tuvo repercusión en medios de todo el mundo, pasó los últimos 4 días “viviendo al revés”, haciendo Spaces en Twitter, charlando con periodistas y hasta armando un “Q&R” al que se puede acceder acá.

Está convencido de que su aporte con esta descarga es “arte educativo”, porque es, de alguna manera, la culminación absoluta de un chiste recurrente con los NFT: “Me robé tu NFT haciendo clic derecho [al hacer clic derecho sobre una imagen en la web el navegador devuelve la opción de ‘guardar imagen’]”.

Esto es una referencia a que, por más que una imagen esté registrada como un NFT como la “original” -por ejemplo, el primer tuit de la historia”, basta con hacerle una captura de pantalla a la imagen o hacerle clic derecho y guardar la imagen para “llevársela”. Por supuesto: el NFT no es la imagen en sí misma, por lo que en rigor sería imposible de “robar” el NFT, que tiene un único propietario y está inscripto en el blockchain de Ethereum, un sistema altamente seguro y extremadamente difícil de hackear.

Bored Ape Yacht Club, un grupo que crea imágenes que ya valen más de mil millones de dólares. Foto Bored Ape Yacht Club,

Bored Ape Yacht Club, un grupo que crea imágenes que ya valen más de mil millones de dólares. Foto Bored Ape Yacht Club,

Pero no es menos cierto que el dueño del token posee, a fin de cuentas, un dato que dice que su imagen es original y sólo eso: un dato, no la imagen.

El arte es una de las formas más poderosas de comunicación. Atraviesa las barreras lingüísticas, las culturas, educa (el propósito del sitio web) y reconfigura la forma de pensar de la gente (esperemos que una sola persona no sea estafada por la lección educativa)”, opina el programador en diálogo con Clarín.

Huntley es conciente de la inserción que tiene su proyecto en la cultura general de internet de los últimos años: “Acá tenemos una réplica casi exacta del famoso sitio de piratería que incluso despierta la nostalgia, el sitio web es un meme y no es necesario explicar qué es thenftbay.org porque la gente sabe qué thepiratebay.org”, explica.

En la actualidad se encuentra recorriendo Australia, hasta su próximo destino europeo. Por el momento, no tiene otros proyectos relacionados a la “criptoescena” o los NFT, y tampoco tiene en mente seguir ampliando el enorme archivo de casi 18 TB. Durante este tiempo, trabajó en un proyecto colaborativo para garantizar la seguridad de los datos personales en las aplicaciones de rastreo de Covid-19 en Australia.

Para seguir el proyecto del “billion dollar NFT” se puede entrar a su newsletter, acá.

La "oficina" de Geoffrey Huntley. Foto: ghuntley.com

La “oficina” de Geoffrey Huntley. Foto: ghuntley.com


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