El Docente, Poeta y Comunicador, RODOLFO RINCÓN PÁEZ, recibió el pasado sábado el pergamino “PLUMA DE ORO DE LA LITERATURA COLOMBIANA”, como un reconocimiento del Parlamento Internacional de Escritores.
“Al constante interés de llevar a través de sus talleres, Motivación y estímulos por las letras y por el conocimiento a las nuevas generaciones”, así lo menciona el importantísimo pergamino entregado hoy a nuestro amigo escritor y también historiador Rodolfo Rincón Páez.
Rodolfo Rincón Páez Nació en González César. Vive en Aguachica desde 1957.
Historiador, periodista, cuentista y poeta. Licenciado en español y literatura en la universidad del Magdalena, diplomado en gestión pública.
Entre sus obras inéditas tiene: Dramas, narrativas, prosas, ensayos y poesía. Los poemas de de Pablo y Ramón, mereció reconocimiento por el expresidente Belisario Betancur Cuartas; y Mi burro y yo, obra que ha Sido escenificada y declamada a nivel nacional. Actualmente
Aquí algunos de sus poemas
Muertos miedo
Aquí continuamos
haciendo que vivimos
los que nada tenemos que perder
excepto alcanzar la paz.
Los mismo de siempre,
los que no tenemos para donde irnos.
Cómo siempre
viendo marchar a muchos
dejándolo todo, sobre todo la muerte.
aquí, inmóviles.
Aclados al terruño amado,
tutelandole a la vida
el derecho de poseerla,
así ella pese más que la muerte misma,
que la misma muerte.
Inmutables.
Aquí los solidarios ante el dolor,
Incubando soledad y tristeza;
acompañando ajenos muertos
que de otras partes traen,
que son también nuestros muertos
por los que también rezamos a Dios.
Atónitos,
aquí los mudos, ciegos, ignorantes y sordos;
los mismo que mucho háblanos, vimos, concluimos y escuchamos,
pero al final o al momento
el miedo nos taladra la conciencia.
Aquí seguimos…
y persistiremos seguir durando para el mañana,
así la piel la enjute prematuramente
el ardiente sol de persistente cobardía
que obnubila el naciente día
e incomoda el sueño y el descanso eterno.
Aquí afligidos,
abatidos y abrumados
por ayeres que pudieron ser diferentes.
Creímos que nuestros deberes
colocados a la guarda en el altar,
los derechos sombreados por oraciones
impediría el desguace de la Patria Nacional.
Aquí estamos,
yertos en la sombra fría
haciendo que vivimos
tutelandole a la vida
el derecho de poseerla
así ella pese más que la muerte misma,
que la misma muerte.
A manera de Hai ku.
Sin voz ni dolor
cayó mortal la bala
al pie del amor.
perdón
Ante el sicario
vivo sin voz ni dolor
sonrio al amor.
Cruz
Abierto el cielo
al mundo bajó el amor
para tú ascender.
Material tomado de la antología Poetas Aguachiquense del licenciado y escritor José Orlando Blanco Toscano.
