Diciembre 20 de 2017
#Nos_Escriben
OCAÑA SIN LEY. MIENTRAS LA POLICÍA NACIONAL Y EL EJERCITO LOGRA CAPTURAR A LOS DELINCUENTES, FISCALES Y JUECES DE LA CIUDAD LOS DEJAN EN LIBERTAD.
Indignada se encuentra la comunidad Ocañera frente a las últimas decisiones de jueces y fiscales que han dejado libres a delincuentes capturados en flagrancia por parte de las autoridades, parece que en este Municipio de La Provincia, NO EXISTE LA LEY.
En esta ocasión, y como ejemplo puntual, tenemos un hecho registrado en horas de la mañana del martes en cercanías a una estación de gasolina ubicada en el sector de la circunvalación de Ocaña, inmediaciones al barrio Simón Bolívar, hasta donde llegó la Policía Nacional en cooperación con el ejército nacional a atender un caso denunciado por la misma comunidad.
Un hombre identificado como Duban Alexander Peñaranda Lobo, natural de Cúcuta-N.S fue capturado por el delito de FABRICACIÓN, TRÁFICO, PORTE O TENENCIA DE ARMAS DE FUEGO, pero a pesar de haber sido neutralizado en flagrancia por los uniformados y luego de forcejear varios minutos con el presunto delincuente, quien estaba aferrado al bolso en el que escondía el arma, seguramente para cometer actos delictivos en el Municipio, aparecieron dos joyas de las leyes, los cuales decidieron DEJARLOS EN LIBERTAD y tirar a la basura el esfuerzo y el trabajo policial.
Se trata del juez tercero penal municipal de ocaña, OLGER ALONSO BACCA PEÑARANDA, quien libró boleta de libertad al capturado y el fiscal URI, JAIME ASDRUBAL FORERO, quien no quiso solicitar medida de aseguramiento con la excusa que el capturado no poseía antecedentes. Al parecer, para estos valerosos magistrados la denuncia de la comunidad y el oportuno accionar de la Policía no tienen mucho peso a la hora de tomar decisiones judiciales, o como ya quedó claro, en Ocaña portar ilegalmente un arma de fuego tampoco tiene trascendencia ni representa una amenaza para la ciudadanía, según este juez y este fiscal.
Lo triste del caso, es que no es la primera vez que ocurre esta situación, ya es común que un delincuente logre burlar la justicia en Ocaña, quedando en libertad para luego ser sorprendido delinquiendo nuevamente o verse inmerso de nuevo en delitos como robos, tráfico o venta de estupefacientes y hasta homicidios. La incompetencia de estas personas llamadas jueces que tienen la autoridad de sentenciar y aplicar leyes, era «la pepa que le faltaba a la maraca» para completar la crítica situación de inseguridad y orden público que vive el municipio y sus sectores aledaños. Como dijo el Chapulín: «¿Ahora, quién podrá defendernos?». Carolina Díaz
