DESDE EL SUR DEL CESAR-002/2017: SE INICIA UN NUEVO CICLO EN LA VIDA DE NUESTRA QUERIDA COLOMBIA: 2016-2017.
Después de vivir lo que vivimos en el año que pasó del 2016, en cuanto al resumen de acontecimientos, memorables por buenos o malos según la percepción de cada Colombiano, pues todos opinamos de acuerdo a como nos fue en la fiesta, en la desenfrenada pachanga, en que se buscó la paz con un grupo de insurgente y se pregonó a los cuatro vientos que habíamos obtenido la anhelada paz total y duradera, como hubiera sido el ideal y hasta nos concedieron el premio Nobel de la paz por tan publicitado acontecimiento y el mundo estuvo de acuerdo con los mentados acuerdos, porque en otras latitudes del mundo creen que nuestro sistema de gobierno es opresor y dictatorial en donde no existían garantías para el pueblo, guerrillas a quienes en muchas ocasiones les enviaron fondos para su sostenimiento, por su propaganda creían que ellas eran unas víctimas de un Estado opresor y cruel que tenía sojuzgado al pueblo Colombiano, que las tal Farc eran el ejército del pueblo y defensor de las gentes oprimidas, por tanto los esfuerzos de paz eran propiciados por los insurgentes en especial y no por el gobierno de turno y así se lo hicieron ver al mundo. Mientras tanto el ELN, las Bacrim, Los Urabeños, las Águilas Negras, los Narcotraficantes, las minerías ilegales, y todo el resto de delincuentes que desestabilizan al país, muertos de la risa por la cacareada paz estable y duradera, que aún no llega y como van las cosas no llegará. Porque los insurgentes tienen como camisa de fuerzas el estribillo de que si el gobierno incumple retornarán a monte a seguir matando que es lo que saben hacer, así las cosas si le volvemos a preguntar a Santich sobre la posibilidad de la paz, el responderá desde su oscuridad, quizás, quizás, quizás…con su sonrisa sardónica y cruel.
Nuestros gobernantes, también, se creyeron el cuento y les dieron a los insurgentes más de lo que se merecían, más de lo que exigieron, hasta llegaron a profanar la Constitución Nacional en muchos de sus apartes, para crear una viabilidad emocional; observamos grandes desfiles de insurgentes mostrando un rostro de triunfalismo, un rostro de pánico de Timochenko cuando lo sobrevolaron los aviones de la patria en Cartagena , un rostro del mismo guerrillero mostrando arrepentimiento, implorando y agradeciendo al cielo con los brazos suplicantes cuando se firmaron los últimos papeles de los acuerdos a medias, en el templo de la fanfarria y la zarzuela con muy poco acompañamiento en la soledad del Teatro Colon y esta vez, también, a espaldas del pueblo Colombiano como es la usanza común.
Pero bueno, todo se veía venir, una reforma tributaria desconsiderada y cruel en contra de lo que queda de la sufrida clase media, necesaria para sufragar los gastos que representan tener en hibernación y ocio a más de 7000 desmovilizados que en un lapso de dos y medio años le costará al exhausto bolsillo de la clase pobre de Colombia la colosal cifra de 200 mil billones de pesos, que no los tenemos pero que el gobierno tiene que sacar de donde pueda, así tenga que seguir exprimiendo hasta el alma del pueblo, que en esta hecatombe no tiene ninguna culpabilidad, es la única sociedad, la nuestra, en que los inocentes debemos asumir las consecuencias de los desmanes e imprevisiones de los legisladores y el gobierno inconsecuente y cruel.
JOSE NELSON RODRIGUEZ MELO.
