DESDE EL SUR DEL CESAR-061/2016: UN CRIMEN HORRENDO QUE CONMOVIÓ A COLOMBIA ENTERA.
La niña: YULIANA SAMBONÍ, ha muerto en Bogotá, la culta, inmensa y fría capital de nuestra patria Colombia, murió porque en nuestro país no existe la igualdad en la crianza de los niños, ellos deben soportar las tristezas y miserias de sus padres, los desplazados, los pobres, los humildes, los parias; el Estado inconmovible nos les pone la atención debida, en conformidad con los derechos Universales del Niño, contemplados en los tratados de todos los Estados del mundo; Yuliana como casi todos los niños de nuestras barriadas jugaba en los andenes , en las calles cercanas a su residencia, seguramente ésta incómoda y sin suficiente espacio para jugar, con juguetes de segunda, con guijarros, con desechos, en tanto la observaba un malvado que ya la había escogido como su presa para secuestrarla y hacerla objeto de sus más bajos instintos, de su criminal aberración.
En su flamante camioneta de niño bien, de la sociedad Bogotana, y ante la mirada indiferente de los vecinos salió, como Pedro por su casa, nadie impidió sus criminales propósitos se salió con la suya, se la llevó para someterla, como la sometió a las más crueles torturas y violaciones, la niña tenía solamente siete añitos, podríamos compararla, por su condición de infantil, con nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros sobrinos, los hijos y familiares de nuestros amigo y vecinos, con todos los niños expuestos de Colombia y del mundo, por todos los desheredados de la opulencia y la fortuna, de todos quienes conforman el tejido social de nuestra humilde pobrería, los marginales de nuestra patria de quienes no se ocupan nuestros gobiernos, engolosinados con los supuestos acuerdos de paz desnivelados y en el desfalleciente y ya sin importancia premio Nobel, como lo corrobora un músico, ganador sin su culpa ni sus méritos, marcado en la balota en que se ferió el premio Nobel de literatura-2016. Y el premio Nobel que recibirá nuestro Presidente sin haber hecho la paz se lo entregarán de todas maneras, sin concretar la apresurada paz estable y duradera.
En tanto se produce, de manera atípica e inusual, el apresamiento del criminal, un miembro de una familia de alto grado social, un privilegiado de la fortuna, justamente en su casa o apartamento de ricos y en tiempo record, allí lo encontraron cuando, seguramente, habían manipulado las pruebas y las circunstancias del crimen, con la colaboración de sus familiares conocedores del sitio donde escondió el cadáver inicialmente, la niña estaba lavada y maquillada para tapar, en parte las señales de su sufrimiento y esconder las pruebas que pudieran incriminarlo, además dicen, que le suministraron cantidades de narcóticos al criminal para aparentar una sobredosis y achacar a este su estado desaforado y su vil proceder, con la velada intención de hacer creer que es un enfermo sicótico a quien se le debe dar un tratamiento especial, sin tener en cuenta que podemos estar ante un criminal en serie que podría estar implicado, nos sabe en cuantos crímenes iguales y más horrendos.
Ahora empieza un pleito jurídico con su consecuente favorecimiento de la justicia a favor del criminal, miembro de una familia encumbrada socialmente y rica, que aunque se hallen varios de sus miembros comprometidos en sonados casos judiciales y otros que se involucrarán en este crimen como encubridores, ya que quien cometió el crimen, por su estado por el consumo de narcóticos, en forma inducida con seguridad, no podría haber hecho el montaje solo, como lavar los piso y el cadáver de la niña, para desviar las pruebas que lo incriminen, pero que a luz de la realidad son incontrovertibles, pelea desigual con una familia pobre y carentes de recursos económicos para enfrentar tan difícil situación. ESTA ES LA TRISTE SITUACIÓN DE LA FAMILIA: SAMBONÍ.
Nuestras sinceras condolencias para la familia de la niña sacrificada y esperamos que se haga justicia, que este caso no recorra los terribles senderos judiciales que ha recorrido el caso del estudiante Colmenares, sacrificado en el Parque Virrey en Bogotá y cuya defensa ha estado a cargo de encumbrados prohombres del derecho de nuestra patria, quienes han recurrido a infinidad de argucias , muchas antiéticas, para demostrar que quienes lo mataron no son las incriminadas, sino que todo fue un accidentes, contra los conceptos científicos de medicina legal Legal y diferentes instituciones entre ellas la Fiscalía General de la nación.
JOSE NELSON RODRIGUEZ MELO.
ASOESCRITORES DE AGUACHICA.-08.12.2016-
