Como era de esperarse, finaliza el primer round de una contienda llena de tensión, insultos, tramoyas, chismes, malos ejemplos para las generaciones jóvenes y las que vendrán, un verdadero remolino de intolerancias e irrespeto, componendas para dañar la reputación de los contrincantes, algunas de verdad y otras actos mentirosos, que hackers, que Rondones, que Sepúlveda, que Reverts, en fin un mundo de resentidos y oportunistas, mercaderes de mochila, manchando inclementemente el nombre de nuestra Patria y nosotros haciéndoles el juego, dejándonos manipular como habitantes de una republiqueta caribeña de poca monta.
El resultado de las flamantes elecciones: pírrico desde todos los puntos de vista, con resultados mediocres, con una abstención vergonzosa, que nos muestra al mundo como un país disfuncional , donde parece colapsar la Democracia, el orden y la paz verdadera; qué del cacareado desarrollo y equidad, si solo nos ven como un país descontrolado, fácil presa para concesionarnos en condiciones ventajosas para todos, menos para nosotros, en donde estamos entregando día a día nuestros recursos naturales no renovables a países extranjeros que solo ven en nuestros dirigentes una legión de mercaderes que ferian a cualquier costo nuestras riquezas (petróleo, café, oro, coltan, tierras, maderas, gas, carbón, cobre, etc.) a cambio de coimas o limosnas inmensamente inferiores en valor a los recursos feriados y entregados. Y qué decir de las obras de infraestructura viales cedidas a otros países concediéndoles la gracia de explotación de los peajes por 20 o 25 años y licencia de corso para construir negocios como: paraderos, estaciones de combustible, restaurantes, hoteles, llanterías, mecánicas, centros de acopio de comestibles y artesanías, permitiéndoles hacer variantes en ciudades y pueblos, los cuales suministraban estos servicios, pero que ahora quedarán aislados de las autopistas, abocados a la ruina y al desamparo del Estado imprevisivo, que solo tuvo en cuenta sus sucios intereses económicos y la gula de los encargados de las contrataciones y adjudicación de las concesiones.
La mayoría de quienes concedieron las ventajosas concesiones son los mismos que aspiraban en las pasadas elecciones y en cierta forma el pueblo los castigó con lo único que tiene: EL VOTO, de allí la vergonzosa abstención, más del 50% Colombianos que no fueron a las urnas a hacer el ejercicio Democrático de elegir o reelegir a sus dignatarios.
