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¡Aquel batracio se convertiría en príncipe…!


Mil sapos fueron besados y ninguno abandonó su vestimenta de batracio. (Reflexión)

Mientras están en su charca secundados por su grupo, saltan, bailan y arremeten con expresiones afónicas, desafiantes, revelando la soberbia que ronda el despotismo, pretendiendo infundir temor o generar simpatías, dependiendo de las circunstancias avaladas por su cuerpo mórbido carente de atractivo, como por sus ojos saltones y su distinguido croar.

Es el referente para equiparar al ser humano con caracterizaciones propias del comportamiento grupal o individual en su hábitat o entorno social.

Nada difícil, tomar ésta ilustración para establecer analogía con el proceso de búsqueda de la paz por el gobierno colombiano o con la lamentable situación represiva que afecta a Venezuela por la imposición del cuestionado castro-chavismo como se le define últimamente.

La isla cubana es el barrizal promotor de un esquema social, ineficiente por los resultados e injusto con el pueblo, pretende inspirar, trasmitir y apoyar ideas fantasmagóricas que transfiguran a sus prosélitos en príncipes, capaces de ejercer dominio y desestabilizar gobiernos contrarios al socialismo siglo XXI, política por demás antagónica de los regímenes latinoamericanos, razón suficiente para auto marginarse del desarrollo global.

Hoy, intenta repotenciarse permeando sistemas políticos incultos, pero ya la filosofía y rumbo de su discurso se perdió en el tiempo y en la dinámica social, quedó demostrado lo innecesario del método violento e irracional, correspondiendo a un fracaso económico total, con secuelas marcadas en la comunidad internacional.

Cuba es una sanguijuela en toda economía que se lo permita, a tal punto que; lo que llegue a suceder al régimen venezolano le afectará directamente, su dependencia es tal, que ha hecho saltar de su pantano a las fuerzas armadas y adiestradas para mimetizarlas en la comunidad bolivariana, propiciando técnicas represivas y violentas contra manifestantes interpretados por estudiantes y damas de blanco reclamantes legítimos de mejores condiciones sociales.

Bogotá no sabe aún cual será el costo final de sostener en ese escenario conversaciones, que generen ciertas posibilidades de cambios a la realidad social de Colombia, como sí les ha pasado a los venecos, que tienen que suministrar petróleo y derivados por 2800 millones de dólares anuales a cambio de servicios profesionales de médicos, militares, técnicos y administrativos, que bien podría llamársele mercenarios, valuados en 5400 millones, con un excedente a su favor pagadero con otros bienes.

En 1997 Chávez llevó a Venezuela los primeros 29 agentes cubanos, hoy miles trabajan y controlan la administración pública venezolana, se habla que son más de cien mil individuos, en alguna manera subyugados a un régimen de esclavitud moderna.

Los actores de 50 años de violencia en Colombia siguen renuentes a salir de ese charco mimetizado de intenciones humanitarias y pasar a éste lodazal más limpio, donde pueden participar y bailar sin el amedrentamiento inducido por los mismos, en cambio: siguen esperando agazapados para brincar y arruinar toda fiesta, en vez de integrase de tal modo que disfruten el gran lago de la democracia y la paz.

Son múltiples los desafíos al pueblo latinoamericano para desmantelar el pantano de la intimidación y brutalidad, se requieren grandes aportes de valor ciudadano, creatividad, grandeza política y mucho entusiasmo civil.

alfonsosuarezarias@gmail.com
Valledupar, abril de 2014

ALFONSO SUAREZ ARIAS
ALFONSO SUAREZ ARIAS
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