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¡Se está quemando el pan, en la puerta del horno.…!

 AGUIJÓN SOCIAL


 ¡SE ESTÁ QUEMANDO EL PAN, EN LA PUERTA DEL HORNO.…!

ALFONSO SUAREZ ARIAS

  “En todo el mundo los políticos son muy partidarios de la revolución, de la razón y de deponer las armas, pero ¡sólo tratándose del enemigo, no de uno mismo!” Hermann Hesse (1877-1962) Escritor y pintor suizo de origen alemán.

 primeras semanas del nuevo año, son de reflexión y  evaluación de lo que se consiguió un año atrás, junto a las promesas de paz, cambio, renovación y provechoso mandado, es el tiempo también para enjuiciar y opinar sobre la diligencia y el impulso de eventos realizados por los gobernantes, las instituciones mismas y del grupo social en cuanto a su eficacia en el progreso del individuo.

Hace mucho más de un año, presupuestaba el actor presidencial, que lograría acuerdos de paz antes de finalizar el que acabamos de despedir, pero ahora como sobremesa a la cena de San Silvestre, en una andana de locuciones cabalísticas, osa dogmatizar: el 2014 será, sobre todo, el año para sacar adelante el proceso que nos lleve, por fin, a la terminación del conflicto.

A ésta perorata, la oposición conjetura como la parodia oportunista para persuadir al pueblo, en el afán reeleccionista y encontrar el hechizo garantista y justificativo del futuro favorable o no a  los resultados de las conversaciones que se llevan a cabo en La Habana, entre el Gobierno y las Farc.

Los protagonistas, se regodean aclarando en sus comunicados, que la dejación de las armas solo se dará cuando los compromisos se hayan dado por cumplidos, mientras, siguen asesinando, creando situaciones injustas en la población, sobre todo la que menos favorecimiento tiene por parte del Estado, en un juego diabólico y perverso que nada bueno va a traslucir en la democracia y del que no se puede prescribir su terminación feliz.

Intente razonar Ud. apreciado ciudadano, cómo se consigue negociar la condición de conciliación  de un país agobiado por la violencia, mientras simultáneamente se despliega el proceso democrático para elegir su congreso y posteriormente a quien representará la soberanía nacional ante todo y todos, con éste grupo de desadaptados armados intimidando a los  contendientes políticos que no están religados por su dogal.

Sobre la mesa está, la reelección presidencial, que de  seguro confundirá la deferencia de los legisladores en el último periodo del actual Congreso, desde el 16 de marzo al 16 de junio del presente año, con tal suerte que el día 12 del mismo mes, el mundial de futbol en Brasil tendrá su ceremonia inaugural, y a partir del día siguiente Maracaná será solo para ver, alucinar y emocionarse con patadas a una susceptible bola de cuero y aire, hasta un mes después.

Sin embargo éstos mismos congresistas, deben ventilar y votar los dos últimos debates de la reforma a la salud, iniciativa transcendental en la agenda legislativa de este primer semestre,  a sabiendas ahora que los dos principales puntos de contradicción entre ponentes y gobierno están en la definición del papel de las actuales EPS, por manejo de los recursos, que se les quitaría y la posibilidad de eliminar del sistema esa prebenda de ser las dueñas de clínicas y hospitales.

Otra incógnita que atañe al Estado social de Derecho es: ¿qué pasará con el nuevo intento de reforma de la justicia?, si se pretende enmendar la Constitución en afectación a las tres ramas del poder público, el gobierno tendría que presentar el proyecto también en marzo, pero es obvio que aquellos parlamentarios no reelegidos el 9 de marzo, vayan muy poco o no a éste último periodo, mientras los otros estarán absortos en la reelección presidencial.

Ésta situación llevaría a pensar y hasta desear que las conspicuas reformas y los soberbios proyectos que tienen que ver con la seguridad, la institucionalidad de las Fuerzas Armadas, el medio ambiente, el control de la minería, la renovación y la planeación urbana y rural, sean mejor procurados por el nuevo congreso ojalá libre de barreras y más centrado en la democracia.

La agenda de la paz en el primer semestre, que ya tiene acuerdos según los negociadores, en dos de los cinco puntos, desafía a la crítica generalizada, la contradicción del entendimiento en plena guerra, enfrenta la bulla del contexto electoral, y a la exigencia pública que reclama logros precisos, frente a un grupo terrorista que no muestra esa voluntad absoluta de reconciliación e integración a la sociedad.

Es el deber como elector hacer un imperioso ejercicio soberano, reflexivo y examinador sobre la acción de votar, de modo que la corrupción no siga campeando en el país, para que se liquiden las deudas de gobernabilidad con la educación, la salud, la seguridad, la prosperidad y el bienestar general de todo el pueblo colombiano, si se quema en la puerta del horno el pan, no sea precisamente el de los colombianos de bien, sino de aquellos ambiciosos insulsos ofensores de la paz , la libertad y la democracia justa y participativa que están cantando anticipadamente la victoria.

alfonsosuarezarias@gmail.com
Valledupar, Enero de 2014.

 

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