Juan Sebastián López M
Desde que entré a la universidad me vinculé en forma con el movimiento estudiantil y la política. Ya casi abogado y representante estudiantil al Consejo Directivo de la Universidad Externado de Colombia. Hago parte de la comisión de voceros de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil -MANE-.
Razones de un estudiante para respaldar el paro cafetero
Por: Juan Sebastián López M
Ya completan más de 10 días los cafeteros en un inédito paro nacional. 120 mil productores del grano permanecen a sol y agua en las carreteras del país ante la mirada indolente del gobierno, demandando desesperadamente que se les devuelvan algo de lo que tanto le han aportado al desarrollo del país. Y es que no es una exageración decir que el café es el producto que históricamente más le ha aportado a la economía colombiana.
Para finales de los años 40 y principios de los 50, Colombia aportaba 1/5 de la producción global y el café representaba el 10,3% del PIB. Actualmente, la producción del grano solo representa el 0.5% del PIB. Además de este paulatino marchitamiento, la producción se vino a pique, luego de alcanzar un punto máximo de 16 millones de sacos a comienzos de los noventa. Hoy ni siquiera llega a los 8 millones de sacos. Como si fuera poco, el grano pasó de representar más del 50% del total de las exportaciones a tan solo el 5%, mientras aumentan las importaciones de café y otros alimentos que deberíamos estar produciendo. Aun así, el café sigue siendo el sustento de 550 mil familias en 600 municipios de toda la geografía colombiana y contribuye con un 1/3 de empleo agrario.
La crisis del café es realmente grave. Para producir una carga de café se necesitan hoy 700.000 pesos, pero se vende a escasos 550.000. No hay actividad económica que resista esta situación. Lo más preocupante es que no es únicamente del café. En general, todo el sector agrario e industrial está siendo fuertemente golpeado por la ciega política de libre comercio impulsada por los dogmáticos que conforman la Selección Colombia Neoliberal de este gobierno. La prueba de la gravedad de la crisis son las declaraciones de varios ministros, según los cuales no se les puede ayudar a los cafeteros porque después vendrán los lecheros, los arroceros, los camioneros… En definitiva, las dos décadas de la supuesta panacea aperturista empiezan a cobrarle factura al gobierno.
Ante la justa petición de instaurar un precio interno de sustentación, el gobierno alega que es un “imposible fiscal”. ¿Será cierto? Mientras que en 2010 el fisco recaudó 67 billones, en 2012 se recaudaron 99.2 billones, es decir ¡32.2 billones de pesos adicionales en dos años! La reciente reforma tributaria les descontó 6 billones de pesos a las grandes multinacionales. Y claro, el sector financiero ganó 39 billones de pesos en 2012, fruto de las exorbitantes gabelas que el gobierno de Juan Manuel Santos le otorga al capital financiero. ¿Dónde está esa plata? ¿Es realmente “imposible” sacar 1.2 billones para solucionar los problemas de un sector que tanto le ha aportado a los colombianos?
Esta problemática no es ajena al estudiantado. Recientemente, la Mesa Amplia Nacional Estudiantil se pronunció en apoyo al paro cafetero y exigiendo pronta solución a los problemas del sector. Nutridas delegaciones de estudiantes han acompañado las concentraciones en Nariño, Huila, Cauca y el Eje Cafetero. En Pereira y Manizales, los universitarios de la UTP y la Universidad de Caldas se han movilizado en respaldo al Movimiento por la Dignidad Cafetera y se alistan manifestaciones de respaldo estudiantil en Bogotá y Medellín.
Hay que ver las condiciones de las facultades de agronomía, zootecnia o veterinaria para ver el reflejo de la penosa situación del agro en las universidades. El desdén oficial por el agro y la industria también se vive con las universidades públicas. Los estudiantes debemos pensar que de nada sirve la brega por una nueva educación, científica, de alta calidad y al servicio del país, sin un aparato productivo que la demande.
No se me olvida: La Mesa Nacional por la Dignidad Cacaotera ha dado una importante lección de protesta civil. Organizando a los productores, logró con un paro de 216 horas que el gobierno nacional accediera a sus justas peticiones en torno a un mayor apoyo estatal para su actividad. Así es como debe procederse con el paro cafetero.