Los habitantes del primer puerto del sur del Cesar con la afectación de las inundaciones por el río Magdalena han cambiado de sitio sus actividades económicas que normalmente acostumbran hacer.
Para muchos las inundaciones de sus viviendas y locales les han dejado pérdidas económicas, pero para otros por el contrario esta situación es aprovechada para trasladar sus actividades diarias a la entrada del puente sobre el caño Rabón.
En este lugar, donde se carecen de los servicios básicos y de una infraestructura locativa, las actividades económicas superan estas dificultades, toda vez que la afluencia de viajeros y curioso es elevado.
Las empresas de transporte terrestre y fluvial trasladaron a la margen del caño Rabón sus oficinas, desde allí realizan los despachos de pasajeros y cargas al sur de Bolívar y poblaciones cercanas.
Quienes normalmente se dedican a las ventas de comidas tienen en este sector un improvisado local donde comercializan apetitosos platos de pescados y otros menús.
Los parqueaderos, estos lugares donde por mil pesos cuidan una motocicleta o un vehículo, se convirtieron en un medido de trabajo para varios gamarrenses.
Los chaluperos en los pocos días que las aguas sobre pasaron la vía de la entrada a Gamarra, han aumentado sus ingresos, pues quien quiera llegar a el casco urbano deben cancelar un pasaje.
Damnificados de Gamarra continúan recibiendo ayudas
Después de más de 15 días de estar soportando las aguas del magdalena, las familias damnificadas de Gamarra se sienten agradecidas con el gobierno departamental y municipal, toda vez que estas dos administraciones han estado atentas a entregar las ayudas necesarias para soportar los momentos de dificultad.
Así mismo la administración de Rafael Cruz Casado, ha estado atento con sus funcionarios encabezados por el Secretario de Gobierno Diomar Claro Márquez, para emprender acciones se reparación de muros de contención para evitar que los daños sean mayores.
Según se logró establecer la orden del ejecutivo Cruz Casado, a realizado gestiones del orden departamental y nacional para conseguir ayudas humanitarias dirigidas a los pobladores que han perdido cultivos, animales y enceres.
Estas acciones han permitido aliviar en parte las necesidades en los habitantes; especialmente de los corregimientos que han sufrido los mayores rigores de las inundaciones.
Las mayores ayudas han estado representadas en alimentos, frazadas, medicamentos y ropas.