Enfermedades respiratorias, intestinales y de la piel, riesgo de epidemias y mordeduras de serpientes, preocupan a las autoridades sanitarias.
Son dramáticos e históricos los indicadores que deja hasta ahora la fuerte temporada invernal que azota al país. Y en medio del drama que ya viven más de dos millones de colombianos por cuenta de las lluvias surge una nueva preocupación: los problemas de salud pública.
Este viernes el director general de Salud Pública del Ministerio de Protección Social, Lenis Urquijo, advirtió sobre cómo las condiciones en las que están miles de damnificados en improvisados albergues y carpas hacen temer por el incremento de enfermedades.
En una videoconferencia con el presidente Juan Manuel Santos, en la que se analizó la atención de la emergencia invernal, Urquijo anunció el reforzamiento de los programas de vacunación.
“Se debe ubicar a todos los niños y niñas que tienen esquemas no completos de vacunación y completarles el esquema de vacunación”, explicó el funcionario.
Incluso, Urquijo aseguró que “el riesgo de trasmisión de cólera es muy alto” en esos lugares, por lo que se adelanta una estricta vigilancia epidemiológica para prevenir cualquier riesgo de epidemias en el país.
Y es que con las lluvias aumentan las enfermedades respiratorias, intestinales y de la piel. Las aguas estancadas incrementan las enfermedades como el dengue, transmitidas por insectos.
Es más, en esta oportunidad el aumento de casos de mordeduras de serpientes y, en ese sentido, la vulnerabilidad de las personas que han sido reubicadas en los albergues, también preocupan a las autoridades.
Por eso Urquijo anunció que se trabajará para que las entidades de salud de todo el país dispongan de suero antiofídico suficiente para atender este tipo de emergencias.
La situación parece empeorar
Cuando el país comenzaba a entender la magnitud de la tragedia que vive el sur de Atlántico por la ruptura del canal del Dique (ver artículos relacionados), la situación en la costa Caribe empeoró con el desbordamiento de los ríos Sinú y San Jorge en el departamento de Córdoba.
Allí, las lluvias llevaron a su máxima capacidad al embalse de Urrá cuya descarga causó el desbordamiento del río Sinú, lo que inundó las viviendas de al menos 2.000 familias en varios municipios del departamento y en Montería (ver artículos relacionados).
Y es que varios embalses de Colombia están al límite. En el departamento de Antioquia hay varias represas que ya superaron su capacidad de almacenamiento y lo mismo ocurre con otras en el Valle del Cauca y en el oriente del país.
La catastrófica situación deja ya 271 personas muertas y más de dos millones de damnificados, según el reporte oficial más reciente.
El presidente Juan Manuel Santos visitó este viernes el municipio de Lorica, en Córdoba, donde anunció nuevas medidas para contrarrestar los efectos de las devastadoras lluvias. Estas regulan el desalojo de personas de zonas de alto riesgo y autorizan el uso de maquinarias incautadas a la minería ilegal en las obras que por el invierno se adelantan.
La situación en las carreteras es igualmente preocupante, con 240 vías con problemas, de las que 24 están “completamente cerradas”, indicó a periodistas el ministro de Transporte, Germán Cardona.
Además de los muertos y damnificados, casi un millón de hectáreas de cultivos han resultado dañadas por las lluvias, así como más de 300.000 viviendas.
Además, las pérdidas para el comercio exterior rondan los 200 millones de dólares, según el ministro de ramo, Sergio Díaz-Granados, mientras que las globales ascienden a unos 5.000 millones de dólares, de acuerdo con los cálculos del Gobierno.
Por: semana.com
