Durante más de tres meses, los ejecutivos de Google observaron cómo los proyectos de Microsoft y de una empresa emergente de San Francisco llamada OpenAI despertaron la imaginación del público con el potencial de la inteligencia artificial.
Este martes, finalmente, Google se desmarcó tímidamente y lanzó un chatbot llamado Bard. El nuevo chatbot de Inteligencia Artificial estará disponible para un número limitado de usuarios en Estados Unidos y Gran Bretaña, y con el tiempo se irá ampliando a otros usuarios, países e idiomas, según explicaron ejecutivos de Google en una entrevista.
El cauteloso despliegue es el primer esfuerzo público de la empresa para hacer frente a la reciente moda de los chatbot impulsada por OpenAI y Microsoft, y pretende demostrar que Google es capaz de ofrecer una tecnología similar.
Pero Google está adoptando un enfoque mucho más prudente que sus competidores, que se han enfrentado a críticas por proliferar una tecnología impredecible y a veces poco fiable.
Aun así, el lanzamiento representa un paso importante para evitar una amenaza al negocio más lucrativo de Google, su motor de búsqueda.
Muchos en la industria tecnológica creen que Google -más que cualquier otra gran empresa tecnológica- tiene mucho que perder y ganar con la inteligencia artificial, que podría ayudar a que una serie de productos de Google sean más útiles, pero también podría ayudar a otras empresas a recortar el enorme negocio de búsquedas en Internet de Google.
Un chatbot puede producir respuestas instantáneas con frases completas que no obliguen a los usuarios a desplazarse por una lista de resultados, que es lo que ofrecería un motor de búsqueda.
Google comenzó a utilizar Bard como una página web independiente en lugar de como un componente de su motor de búsqueda, iniciando un complicado baile de adopción de nueva Inteligencia Artificial al tiempo que preservaba uno de los negocios más rentables de la industria tecnológica.
Bard en realidad no nació hoy
Google lleva probando la tecnología subyacente a Bard desde 2015, pero hasta ahora no la dio a conocer más allá de un pequeño grupo de primeros probadores porque, al igual que los chatbots ofrecidos por OpenAI y Microsoft, no siempre genera información fiable y puede mostrar prejuicios contra las mujeres y las personas de color.
“Somos muy conscientes de los problemas; tenemos que llevar esto al mercado de forma responsable”, dijo Eli Collins, vicepresidente de investigación de Google. “Al mismo tiempo, vemos todo el entusiasmo que hay en la industria y el entusiasmo de toda la gente que utiliza la Inteligencia Artificial generativa”.
El Sr. Collins y Sissie Hsiao, vicepresidente de producto de Google, dijeron en una entrevista que la compañía aún no había determinado una manera de hacer dinero con Bard.
Google anunció la semana pasada que la inteligencia artificial llegaría a sus aplicaciones de productividad, como Docs y Sheets, por cuyo uso pagan las empresas. La tecnología subyacente también estará a la venta para empresas y desarrolladores de software que deseen crear sus propios chatbots o potenciar nuevas aplicaciones.
“Es pronto para esta tecnología”, dijo Hsiao. “Estamos explorando cómo estas experiencias pueden aparecer en diferentes productos”.
Los recientes anuncios son el comienzo del plan de Google para introducir más de 20 productos y funciones de Inteligencia Artificial, según informó The New York Times, incluida una función llamada Shopping Try-on y la capacidad de crear imágenes de fondo personalizadas para vídeos de YouTube y teléfonos Pixel.
Página web separada
En lugar de combinarse con su motor de búsqueda, Bard es una página web independiente que presenta un cuadro de preguntas.
En la parte inferior de una respuesta hay un botón para “buscarlo en Google”, que lleva a los usuarios a una nueva pestaña con una página convencional de resultados de búsqueda de Google sobre el tema.
Los ejecutivos de Google presentaron Bard como una herramienta creativa diseñada para redactar correos electrónicos y poemas y ofrecer orientación sobre cómo involucrar a los niños en nuevas aficiones como la pesca con mosca.
La empresa está deseando ver cómo utiliza la tecnología la gente y seguirá perfeccionando el chatbot en función de su uso y de los comentarios que reciba. Sin embargo, a diferencia de su motor de búsqueda, Bard no se diseñó principalmente para ser una fuente de información fiable.
“Pensamos en Bard como un complemento de Google Search”, dijo Hsiao. “Queremos ser audaces en la forma de innovar con esta tecnología, así como ser responsables”.
Al igual que otros chatbots similares, Bard se basa en lo que se denomina un gran modelo de lenguaje o L.L.M., un tipo de tecnología de Inteligencia Artificial que aprende habilidades analizando grandes cantidades de datos de Internet.
Esto significa que el chatbot a menudo se equivoca y a veces inventa información sin previo aviso, un fenómeno que los investigadores en Inteligencia Artificial denominan alucinación. La empresa dijo que había trabajado para limitar este comportamiento, pero reconoció que sus controles no eran del todo eficaces.
The New York Times?
