Como cada año, en los días previos a la Semana Santa, los árboles de Ceiba pentandra, comúnmente conocidos como Ceiba Bruja, comienzan a soltar su característica seda vegetal, también llamada pelusa, creando un espectáculo natural que puede observarse en distintos puntos del municipio.
Con más de 100 ceibas distribuidas en zonas urbanas y rurales, Aguachica se llena de esta fina fibra blanca que se acumula alrededor de los árboles, cubriendo el suelo, aceras y jardines, como si de un delicado manto se tratara. Este fenómeno ha llamado la atención de transeúntes y residentes, quienes disfrutan del paisaje transformado por la naturaleza.
Antiguamente, esta seda vegetal tenía múltiples usos: desde el relleno de almohadas y peluches orgánicos, hasta la fabricación de salvavidas gracias a su ligereza es un 20% más liviana que el corcho. Incluso fue empleada en la confección de prendas de vestir, aprovechando sus propiedades aislantes y su origen 100% natural.
Hoy en día, aunque su aprovechamiento ha disminuido, la Ceiba Bruja sigue siendo un símbolo importante del entorno natural y cultural de Aguachica, especialmente durante la Semana Mayor, cuando su presencia se vuelve más visible y simbólica.
Las autoridades ambientales invitan a la ciudadanía a cuidar y preservar estos árboles, no solo por su valor ecológico, sino también por el legado histórico y estético que representan para el municipio.
