Por: Fabio Alonso Vergel Serna – economista
Amables lectores en esta oportunidad la conversación con Pablo mi nieto es recordarles el origen de la frase “el cobarde no hace historia” a raíz de la entrega 4.400 hectáreas de tierra a campesinos en varios municipios de Sucre por nuestro presidente Gustavo Petro: “Gobierno con el pueblo”; donde nos recuerda a la lideresa JUANA JULIA GUZMÁN, nació en Corozal, Sucre, 1892 y falleció en Montería, Córdoba, 1975.
Cuenta ella que en los años 20 los campesinos de Córdoba se rebelaron contra los hacendados por la “matrícula” (en otras regiones se le llamó terraje o aparcería), es decir, el pago para acceder a la tierra, y la protesta colectiva logró derrotarla.
Cabe señalar que el predio el Laguito, baldío recuperado por la Agencia Nacional de Tierras que estaba en manos del Ubérrimo, hoy fue entregado en propiedad a la organización Baluarte Campesino Juana Julia Guzmán, como símbolo de reivindicación y lucha.
Pue bien una de las grandes líderes del siglo pasado nació en un pueblo del Caribe, se destacó por ser una activista de la lucha campesina, postura que generó unas construcciones locales contra la opresión desarrollada por latifundistas, empresarios, ganaderos y élites políticas. Nunca asistió a la escuela, su labor autodidacta que combinó desde los doce años, con su trabajo como clasificadora de hojas de tabaco. Creció en la casa de su padrino Cristóbal Badel, negociante y exportador de ese producto a Alemania, quien quebró a raíz del corte de comercio en la primera Guerra mundial, 1914-1918. A raíz de ese hecho, ella se trasladó en 1916, a la región del Sinú donde trabajó como sirvienta, cantinera y ventera del barrio Chucurubí en Montería. Allí conoció a una persona que incidió en su orientación ideológica, como lo fue el socialista italiano Vicente Adamo, quien había sido expulsado y llegó a Colombia a principios del siglo XX.
En las ruedas de cumbia en los años 20 y 30 se dio las manos con María Barilla, una de las insignes mujeres bailadores del porro y musa de varias narraciones musicalizadas.
Todo ese trabajo realizadas por ellas, muchas mujeres más y el direccionamiento de Vicente Adamo dio origen a la creación de la ANUC, Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia. Su sabia orientación sirvió de base, para que una nueva generación tuviera una mejor organización en la lucha de la tierra. Su nombre se volvió emblemático, que permitió tomarlo cada vez que se parcelaba la tierra en Córdoba.
Esto originó que Guillermo Valencia Salgado, genial hombre de las letras y músicas de esa región, en su canto «El Sinú», en la estrofa XI le dijera, «Una chispa fue el principio/ y esta chispa hizo del boche/ la antorcha que ardió en la noche/ para mostrar la vergüenza/ que impone el explotador/ el criollaje resentido/ hizo suyo ese martirio/ y en Loma Grande el quejido/tuvo un eco atronador/ Aquel relámpago guía/ fuiste tú Vicente Adamo/ y en el corazón Sinuano/ palpita la libertad/ tu plataforma de lucha/ tierra, trabajo, salud, unidad y educación/ guerra a la matricula esclavista/ ¡Ay Juana Julia Guzmán! / sobre un rastrojo montano/ fuiste puerto, brisa y mar/ ¡Préstame tu palabra/ mi rebelde capitana/ hora es ya de navegar! / ¡El Sinú! ¡Oh, mi Sinú!».
Habría que añadir que el Boche (Manuel Martínez) fue un campesino rebelde del Sinú que pagó con su vida el haberse levantado contra la “Matricula” una forma de esclavitud impuesta en muchas regiones de la costa Caribe a finales del siglo XIX.
Trabajo de machetero, en la gran hacienda Missiguay de propiedad de los inmigrantes franceses llamados los “musiú” Alberto y Alejandro Lacharme quienes explotaban el oro de las minas del alto Sinú a través de una gran empresa de su propiedad, esto fue por el año 1908.
Cabe señalar que conforme la agitación iba creciendo, las mujeres, que también participaban de las discusiones en el mercado y de las reuniones de la Sociedad de Obreros y Artesanos, insistieron a Guzmán para que las acompañara. Una vez ella accedió a ir a una de las reuniones, salió elegida presidenta de la nueva Sociedad Redención de la Mujer; en la reunión, había muchas mujeres hablando sobre la organización, que había la necesidad de organizarse porque sufrían mucho, todas eran trabajadoras: la que no era lavadora era cocinera, la que no era cocinera era vendedora de carnes allá en el mercado.
Las labores de la Sociedad Redención de la Mujer, tenían por objetivo principal que las mujeres se redimieran a sí mismas, no solo en contra de los maltratos físicos extremos a los que eran sometidas por las patronas (“las blancas”), sino del maltrato y abuso económicos que se exacerbaban por no saber leer ni hacer cuentas. Dijo Guzmán, cuando le preguntaron por el objetivo de la sociedad: redimirnos nosotras mismas, porque esas mujeres eran muy martirizadas, cogé las blancas a las pobres sirvientas y darles calderetazos y tirarles leche caliente encima; y nosotros nos organizamos pa’ que siquiera aprendieran a defenderse, que no se dejaran y que no había prisión por deudas y eso no existía y diciendo, yo he ido a la alcaldía a defenderla, pidiendo traiga acá el libro de cuentas, esa niña debe $3.000, […] muéstreme a ver en qué se apuntó esos $3.000, no tiene ni zapatos ni nada, y en qué debe eso. Diez que te di y diez que te voy a dar son tanto, eso era lo que figuraba en los libros esos. (CDRBR/M, caja 15, carpeta 04, f. 5189, énfasis añadido)
En Montería, fundaron “un comité socialista, integrado, entre otros, por Vicente Adamo, Juana Julia Guzmán, Patricio Guzmán, Amaranto Mercado y Martín Garcés” (Negrete 1981, 75).
En 1920 el comité, a través del semanario La Libertad, hizo un llamado especial a:
No trabajar en hacienda donde haya cepos o traten mal a los trabajadores.
No trabajar con amos que cobren el doble valor por el día que no se trabaja.
No trabajar con amos que paguen un jornal menor de un peso de oro.
No trabajar con amos que no den buena y abundante alimentación.
No trabajar con amos que no den medicinas en caso de enfermedad.
No trabajar con amos que dan dinero a un interés de un 10% mensual. (Negrete 1981, 76)
En conclusión, el destino, se acordó de Colombia cuando ya mirábamos el abismo permitiéndonos elegir a Gustavo Petro como presidente, quien está tratando de sacar al país del atraso de un siglo con obras a toda marcha, con hechos, ordenando la construcción de acueductos para la gente pobre en vez de autopistas de doble calzada para los terratenientes. En cada discurso denuncia, destapa los delitos, la codicia, la hipocresía de una cúpula que, como sanguijuelas, viven del dinero de los pobres de toda Colombia.
A casi un siglo, te decimos Juana, que un paisano tuyo de Córdoba, oriundo de esas tierras de grandes llanuras alumbradas por esos soles del alba y del ocaso, que hoy es presidente, trae alegría y esperanza posesionando como nueva Fiscal General de la Nación a una mujer, Luz Adriana Camargo, valientes ambos como tú, Juana Julia Guzmán, que dijiste el cobarde no hace historia.
Dicho de otro modo, como no fue posible una reforma agraria en los años 70, que este sea el momento en que se realicen los sueños de Juana Julia y tantos como ella.