LEYDY SULAY TORRA
LA NACIÓN, NEIVA
La música decembrina, la preparación de la cena y la decoración de las cuadras, hacen parte de la celebración del 31. Aunque ya no están de ‘moda’, los ‘Años viejos’ que se resisten a ser olvidados. LA NACIÓN presenta un nuevo informe de cómo se vive el fin de año.
La prohibición de la pólvora y el desinterés de algunas personas, no han ‘quemado’ una de las tradiciones más arraigadas en las fiestas decembrinas: los años viejos.
En Neiva aún se mantiene la costumbre que por muchos años ha unido amigos, vecinos y familiares.
Aunque en esta oportunidad no hay concursos en la capital opita para motivar su elaboración, algunas personas compartieron con LA NACIÓN su experiencia a la hora de crear estos muñecos de trapo, que al ser quemados se llevan las preocupaciones, angustias y malas energías.
‘Roserito’, ‘Álvaro Uribe’ y ‘El petrolero’, los protagonistas del tercer informe sobre cómo se viven las fiestas de fin de año en la capital opita.
‘Unión y tradición’
Cristian Ferreira es un jovencito de 17 años que creció en un festivo ambiente decembrina, siempre la elaboración del año viejo ha sido parte de la celebración del 31 de diciembre.
“Desde que estaba pequeñito recuerdo que las vecinas elaboraban los años viejos, ellas ya no quieren hacerlo y pues ahora me toca a mi seguir con la tradición, para que los niños y demás jóvenes retomen esa costumbre”, manifestó Cristian.
Elaborar un año viejo demanda un plan de acción, recoger recursos, ropa usada y demás materiales.
“Cada familia recoge lo que pueda y nos entrega los materiales. Aunque este año también utilizamos el lazo en la mitad de la carretera, paramos los carros y les vamos contando la intención de hacer el muñeco y nos daban moneditas, cualquiera sirve”, dice este joven que espera mantener viva la ‘chispa’ decembrina.
Las donaciones por parte de los vecinos de la Calle 37 con primera en Cándido, siguieron.
“Hace una semana iniciamos con la preparación, consiguiéndole los materiales, el papel, el hilo para cocerlo bien, nos tardamos mucho tiempo ya en levantarlo, pero somos felices haciendo el año viejo porque permite reunirnos en familias y trabajar en equipo con empeño”, explicó Cristian.
‘Roserito’, uno de los personajes de los Trovadores de Cuyes, fue la inspiración para los jóvenes que elaboraron el diseño.
“Hice la cabeza, la nariz y era al que más se parecía, así que le pusimos ‘Roserito’. Le colocamos ropa y zapatos usados, la cabeza es de papel, lo cocimos bien para que no se desbarate”, agregó.
Acatando las normas, ‘Roserito’ no tiene pólvora, ‘totes’, ‘chispitas mariposa’, ‘pitos’, voladores o volcanes.
“Lo quemamos en la mitad de la cuadra a puro fuego”.
La noche del 31 es especial, por eso decoran la cuadra, colocan casitas elaboradas con flanes de huevos en la entrada de las viviendas y la iluminan para darle la bienvenida al 2011.
“En la noche del 31, los vecinos de la cuadra nos reunimos, por lo general se colocan carpas en la carretera, el sonido y hay comida. La idea es bailar hasta el amanecer y a la media noche se despide el año con la quema del año viejo”, puntualizó Ferreira.
‘Herencia de familia’
‘Despedir el año con Álvaro Uribe es lo mejor’, dice entre risas Horacio Cuéllar Erazo, un hombre que ha dedicado la mayor parte de su vida a confeccionar años viejos.
En esta oportunidad, Uribe fue el personaje que decidió representar y con el que espera ‘quemar’ todo lo malo del año y prepararse para el 2011.
“Para mi él fue un buen presidente, a pesar de que lo hayan criticado a mi nada me costa, así que decidí hacerlo, sí él se lanza a cualquier cargo, cuenta desde ya con mi voto”, explica el señor Horacio.
Desde hace 15 días inició la elaboración del muñeco que hoy se convierte en su mayor orgullo. Por eso lo exhibe fuera de su vivienda, ubicada en el barrio Carlos Pizarro.
“Lo primero es hacer la estructura que es metálica, luego las manos y los rellenos que son de paja, lo envuelvo en cinta todo”, dijo.
Los atuendos son donados por los vecinos y amigos, que se suman a la tradición.
“Estoy esperando un traje que me mandan desde Bogotá para colocárselo”
En la cabeza, están puestas unas gafas de alambre para darle según Horacio un toque especial.
“La cabeza es de yeso, la hago yo mismo, pero con ésta se sufrió un accidente, me tocó reconstruirla luego que mi perra Estrella se le lanzará y la quebrará”.
Cada vez que se ‘quema’, los espectadores piden que les regale la cara del muñeco.
Costumbre
La tradición de fabricar estos muñecos la aprendió de su familia, para quien el año viejo es una costumbre irremplazable.
“Vivimos en la calle 58 1b-76, ahí no faltaba el año viejo, luego me fui para Campoalegre y allí seguí, ya llevo cinco meses en Carlos Pizarro y sigo con mis muñecos”, comentó.
Debido a su talento y la aceptación de sus años viejos, desde hace tres años participa en el concurso que se realiza en Campoalegre.
“Me dijeron que porque no los metía a concurso, los puse a participar hace tres años y he ganado, ahora tengo ganas de inscribirlo, nos vamos el 31 al desfile”, explicó.
En los últimos años ha ganado representando personajes como David Murcia, Chávez y Raúl Reyes.
El año viejo lo quemará a la media noche con sus nuevos vecinos y saldrá a seguir con la tradición de la mano de sus familiares.
‘Legado’
La familia Ovalle que vive en la calle 56 del barrio Las Mercedes también se une a la tradición decembrina.
Con aserrín, trapos viejos y algodón, niños y grandes confeccionaron ‘El petrolero’, año viejo que hace parte del legado familiar y que espera sea una costumbre que también adopten los más pequeños.
Desde hace varios días inició el proceso de elaboración el personaje que los acompañará despedirse del año 2010.
RECUADRO
Años viejos también los hay virtuales
Una novedosa aplicación desarrollada por Zemoga permitirá la exploración de la tradición histórica de crear y quemar el año viejo, será sea realizada por personas de todo el mundo a través de las pantallas.
El diseño visual de la aplicación rescata la sensación de hacer caseramente un muñeco, que no es perfecto pero cuenta con un significado muy importante para cada uno de los miembros de una familia. Refleja además una visión alegre y positiva del ritual de “deshacerse de lo malo”, motivando a los usuarios a ser expresivos y creativos.
Una galería con los Año Viejos de todo el mundo permite a los usuarios visualizar y conectarse con los deseos y arrepentimientos de todos los participantes a través de la aplicación divertida, dinámica y usual.
Utilizando Facebook y Twitter, las personas podrán compartir sus Año Viejos con familiares y amigos, difundiendo la tradición e incentivando a otros a liberarse del peso de las desilusiones del año que pasa.
Los usuarios recibirán correos invitándolos a ver la quema digital de sus muñecos y el florecimiento de las cosas buenas que preservaron y desearon para el 2011.
Por lanacion.com.co
Quema del Año Viejo una antigua tradición en Latinoamérica
Quema del Año Viejo una antigua tradición en Latinoamérica
La quema del año viejo es una de las tradiciones andinas más arraigadas. Cada 31 de diciembre a las 12 de la noche comienzan a ser quemados muñecos de distintos tamaños, que representan personajes de cualquier tipo, desde políticos hasta estrellas de cine.
Escrito por Especial DLA
El Diario de Los Andes
http://diariodelosandes.com/
La quema de año viejo es una simpática costumbre que se mantiene viva en algunos estados, se trata básicamente de la quema de un muñeco de trapo que simboliza al año que se va. Este muñeco es rellenado completamente de pólvora y paralelamente a las 12 campanadas del 31 de diciembre de cada año es encendido.
El año viejo es elaborado por los miembros de las comunidades y con recursos provenientes de los vecinos. Inspirados mayormente en personalidades públicas del ámbito político o artístico, estos creadores dan la forma al muñeco que se llevará las cosas malas del año que termina.
La quema del año viejo es acompañada de la lectura de un testamento, este discurso está completamente basado en las anécdotas vividas por los propios vecinos. La quema del muñeco ya es considerado como un atractivo espectáculo sentimental por lo que se lleva el año, pero la parte divertida no para todos es la lectura del famoso testamento.
Responsabilidad
Las personas que hacen los muñecos ya toman esto como una responsabilidad social y comunitaria, y año tras años se encargan de hacer el muñeco y redactar el testamento, tan arraigado está el compromiso de elaborar de nuevo el muñeco, que durante todo el año van llevando un registro anecdótico de los miembros de la comunidad, para evitar el olvido de algún acto o situación bochornosa de uno de sus miembros.
Por esta razón para muchos es un acto divertido y para otros no, debido a que se dicen cosas reales, esto alegra el momento luego de que los recuerdos y sentimientos aflijan a los residentes mientras la quema del año viejo.
¿Qué es el año viejo?
El año viejo es un monigote que representa básicamente el año que termina, elaborado con ropa vieja, cartón o papel, relleno de paja o aserrín y con frecuencia con artefactos pirotécnicos, para ser quemado a la media noche del 31 de diciembre en un gran número de países latinoamericanos, desde México hasta Uruguay, aunque la costumbre está más arraigada desde el punto de vista popular en Ecuador y Colombia.
El ritual se debe distinguir de la Fiesta del Judas, que a pesar de tener características similares tiene distintas connotaciones y se celebra en algunas regiones de España y de América Latina, al inicio de la semana de pascua o en el domingo de resurrección.
Significado
El ritual hace parte de las celebraciones de fin de año o noche vieja y los muñecos pueden representar a los acontecimientos o personajes más significativos, sobre todo negativos, del año transcurrido, y su incineración a la medianoche del 31 de diciembre es un ritual de purificación para alejar la mala suerte y de transición pues también se celebra la llegada del nuevo año. En muchos lugares, después de la quema, se lee un «testamento», en el cual el «difunto» con lenguaje irónico o satírico hace recuento de los sucesos y da recomendaciones a sus protagonistas.
Orígenes
En la mayoría de países latinoamericanos se le atribuye origen hispánico y posiblemente sean derivados de rituales antiguos paganos europeos como las saturnales de los romanos o los rituales celtas y el Olentzero en el País Vasco y Navarra en España. Una teoría señala que el ritual probablemente tiene vínculos con la represión de los indígenas americanos a manos de los españoles, pues en algunas regiones los muñecos tradicionales los elaboran con caras de fisionomía europea y ojos azules o verdes.
Quema del año viejo en Latinoamérica
Ecuador
La costumbre está popularizada en todo el país, en la zona interandina los monigotes son construidos con ropa vieja y rellenos de papel periódico o aserrín y luego son colocados una careta o máscara con la cara del personaje a quemar ese año, en la región de la costa los monigotes son más elaborados, construidos de cartón y goma, luego son pintados con las características del personaje que representan, la noche del 31 los viejos como son llamados son expuestos en las puertas del las casas con los famosos testamentos, los cuales con las «cosas que deja el año viejo al que viene» estos son realizados en forma de sátira, mientras los chicos se visten de viudas y en las calles piden caridad por el viejo que se muere los viejos son quemados a la 12 de la noche en las calles de las ciudades y luego todo esto es seguido por una cena y festejos.
Colombia
Usualmente cada familia coloca un muñeco relleno de aserrín o papel en la parte exterior de la casa, lo sientan en una silla junto a una mesa donde hay una botella de licor. A veces los barrios se organizan y forman una escena más compleja que se exhibe sobre una tarima. Hay concursos de años viejos en las principales ciudades. Estas escenas suelen representar acontecimientos políticos, nacionales o internacionales, con humor, sarcasmo o cinismo.
De forma paralela, en la noche de año viejo varios jóvenes se disfrazan de «viudas» que lloran la muerte del año que se va quemar y piden una limosna, dinero que se utiliza en la compra de los materiales con que se fabrica el «viejo». Actualmente se conserva más la costumbre de petición de «caridad para el viejo» que la del disfraz.
Venezuela
La quema del Año Viejo se celebra en los estados Táchira y Mérida.
Uruguay
El monigote representa a Judas aunque se le queme el 31 de diciembre y los niños a veces representan personajes admirados por ellos.
Chile
La costumbre ocurre particularmente en las regiones del norte (Arica, Iquique, Tocopilla, Antofagasta) en donde se habla de la Quema de Monos. En Tocopilla, algunas veces son grandes esculturas en una tradición que actualmente es apoyada y premiada por la municipalidad local; asimismo se realizan Salnatrones (popularmente llamados Salitrones) que son hogueras con grandes cantidades de salitre en riscos a orillas del mar, provocando grandes estruendos y una atmósfera especial.
Argentina
La costumbre es popular particularmente en la ciudad de La Plata desde época reciente. En esta ciudad también se realizan grandes esculturas, que son premiadas por una radio local en lo que se denomina «quema de muñecos».
México
El ritual se inicia dos o tres días antes del Año Nuevo cuando el monigote es puesto al frente de la casa con un recipiente para recabar limosna, que será empleada para comprar cohetes y golosinas. En Veracruz los indígenas mixe-popolucas realizan una danza que es conocida con el nombre de «El Chenu», que es el nombre que le dan al monigote, y los danzantes son niños y jóvenes disfrazados de diablos con ropa de color rojo, máscaras con cuernos, cola y un tenedor largo construido de madera. Igual que en ciertos países andinos algunos participantes también se disfrazan de viudas, vestidos de negro y semejando estar embarazadas, y su papel es plañir estribillos y llorar a la hora en que se quema el Chenu.