Por: Delia Rodríguez
Más o menos ya nos hemos enterado de qué es Wikileaks. Y también va quedando claro quién está en su contra. Pero ¿quiénes demonios están tirando abajo las páginas de las empresas que retiran sus servicios a la organización de Assange? PayPal, Visa, Mastercard, EveryDNS, Amazon y el banco suizo PostFinance han expulsado en la última semana de su clientela a Wikileaks, causando graves problemas a la organización. Su boicot no ha quedado impune. El lunes Paypal y PostFinance fueron tumbados por un ataque informático. Hoy ha caído Mastercard.
Ha habido otros ataques menos sonados (a la fiscalía sueca, a la web del virulento senador Lieberman, a los abogados de las mujeres que denunciaron a Assange… incluso una escisión fue a por la página de Sarah Palin por decir que Assange debía ser cazado como un terrorista). Y habrá más acciones. Puede que incluso caiga Twitter debido a las acusaciones de manipular sus trending topics en contra de Wikileaks.
Los autores de los ataques se autodenominan Anonymous. «Aunque no tenemos demasiada filiación con Wikileaks, luchamos por lo mismo: queremos transparencia (en nuestro caso sobre coyright) y nos oponemos a la censura. El intento de silenciar Wikileaks es un gran paso hacia un mundo donde no podremos decir lo que pensamos ni expresar cómo nos sentimos. No podemos dejar que esto pase, y esa es la razón por la que averiguaremos quién está atacando Wikileaks y por tanto, quién está tratando de controlar nuestro mundo», han dicho on line.
Es más fácil decir qué no son los miembros de Anonymous: no son hackers (por lo menos no todos), no son un grupo organizado, no son coherentes en sus fines, no reconocen líderes, ni tienen unos miembros fijos, ni unos objetivos determinados, ni pertenecen a un país concreto. Tampoco creo que la delicada expresión «grupo ciberactivista» los describa demasiado bien dados sus métodos y su tendencia a la gamberrada (hoy defienden a Wikileaks, pero hace unos días tumbaban Tumblr por modernos y por copiarles los memes). Hablábamos de ellos y de su casa madre, 4chan, en este mismo blog en octubre, cuando tiraron las webs de la SGAE y del Ministerio de Cultura español:
«4chan.org es el segundo mayor foro del mundo con seis millones de usuarios, un espacio desquiciado y gamberro en el que nadie utiliza su nombre. Acusados por muchos de ser una panda de niñatos, han creado una cultura y un lenguaje propios tan cerrados que las primeras veces que alguien entra en él no entiende nada. Cuando se ponen de acuerdo para hacer algo son capaces de inundar de porno YouTube, hackear el correo de Sarah Palin, rescatar gatos maltratados, volver a poner de moda a Rick Astley, nombrar a su fundador hombre del año en TIME o intentar enviar a Justin Bieber de gira a Corea. Del Norte. Están detrás de muchas de las noticias extrañas que leemos en los medios sobre internet.
Nacido dentro de 4chan, Anonymous es el nombre de quienes han montado los ataques DDOS, pero se equivocan quienes piensan que es una organización en el sentido tradicional del término (…) El «grupo» comenzó a conocerse en enero de 2008, cuando 4Chan le declara la guerra a la Cienciología tras un polémico vídeo de Tom Cruise. Tiraron la web por el método habitual, pero también salieron del ámbito virtual realizando miles de llamadas amenazantes y visitando sedes disfrazados con máscaras inspiradas en el cómic ‘V de Vendetta’. La Wikipedia habla más de ellos«.
A pesar de su falta de estructura en el sentido tradicional, Anonymous es muy eficaz. Se calcula que la Operación Payback había causado hasta el pasado 23 de noviembre 37 días de inactividad a algunas de las webs más importantes del mundo audiovisual y antidescargas. Esta Operación es la que ha modificado sus fines para transformarse en la operación Vengar a Assange de la que forman parte los ataques a Mastercard, PayPal y EveryDNS. (Su desarrollo está siendo muy bien monitorizado por la empresa de seguridad española Panda).
Los miembros de Anonymous se reúnen por lo general alrededor de un chat, donde discuten estrategias y fijan objetivos. Después distribuyen panfletos –con una buena dosis de cachondeo– o publican anuncios de sus intenciones, muchas veces en 4chan. Finalmente, todos a la vez, envían un ataque DDOS que es el que ‘tumba’ las webs al lanzar miles de conexiones por segundo a través de ordenadores repartidos por todo el mundo contra los servidores donde se encuentran alojada esa página, algo muy difícil de resistir técnicamente pero muy fácil de organizar. Suena sofisticado, pero en realidad cualquiera puede descargarse el programa necesario para unirse a un ataque DDOS de Anonymous. Es decir, cualquiera puede ser miembro de Anonymous en un momento dado sin apenas conocimientos informáticos siguiendo este link y obedeciendo instrucciones. En Twitter se han atribuido los ataques a Mastercard, que la compañía ha reconocido más o menos en un lacónico comunicado.
De vez en cuando, alguno de los miembros de Anonymous concede una entrevista a algún medio, aunque siempre dentro de ese espíritu de colmena que los caracteriza. The New York Times ha hablado hoy con Gregg Housh, un miembro de Anonymous que ya había participado en anteriores acciones y que les ha confirmado que esta era la primera vez que el grupo tenía suficiente poder como para tirar abajo una empresa del calibre de Mastercard. «No han cambiado nuestras tácticas esta vez», dice, «pero hay muchísimo más apoyo y hay tanta gente haciéndolo que sitios como esos están cayendo». The Guardian ha hablado con un tal «Coldblood», un veinteañero que ha definido el grupo como «una banda de gente que comparte el mismo tipo de ideales» y que quiere ser un fuerza para el «bien caótico». «Espero que el futuro de las protestas sea la ACCIÓN. No el andar en círculos con pancartas inútiles que todo el mundo ignora», decía otro de ellos al blog de Panda hace un par de meses.
Anonymous, el enemigo sin cabeza ni nombre que tiene como uno de sus lemas el bíblico «somos legión» me parece un digno protagonista de una historia tan fascinante como la de Wikileaks. De momento su web está tan caída como la de Mastercard, porque ellos, como Wikileaks, también son víctimas de los mismos ataques DDOS que lanzan. ¿Quién será el siguiente en caer? Se admiten apuestas.
Actualización 21:30. No hay quien mantenga un blog actualizado en estos tiempos. Mientras le daba a publicar, Anonymous ha identificado un nuevo objetivo, ni más ni menos que VISA, que será objeto de un ataque en menos de una hora. Si consiguen tirarla habrán acabado con VISA y Mastercard, que además de dos de las mejores seguridades del mundo poseen un precioso valor simbólico.
Actualización 22:05. Visa.com ha caído.