Tristeza, llanto, dolor y desconsuelo fueron los sentimientos y emociones que afloraron durante el homenaje póstumo y funeral con honores militares que se le brindó al soldado que fue asesinado sin compasión en una mina antipersona en Nariño.
Durante la ceremonia que se llevó a cabo en la tarde del viernes anterior el común denominador fueron las caras de madre, tías, hermanos, demás familiares y allegados invadidas por la tristeza, el llanto, la amargura y el desconsuelo que les producía darle ese doloroso último adiós a sus ser querido. Un último adiós que fue de la manera menos indicada, como lo fue para el caso de Jesús Humberto Toro, de 29 años de edad, perteneciente a la brigada móvil No. 19.
Otros que no pudieron ocultar su dolor y se les vio altamente afectados fueron los vecinos de este Aguachiquense, quienes pedían entrar el féretro a las casas de sus vecinos por el cariño que les expresaba cuando llegaba a la cuadra.
El cajón fue cubierto en todo momento por la bandera de Colombia. En el templo religioso la misa estuvo dirigida a la paz de Colombia, amigos lamentaron y condenaron la muerte del soldado y con pancartas rechazaron las minas anti personal
es al tiempo que pidieron respeto por la vida y a no perder la esperanza en un futuro mejor
