jueves, marzo 28, 2024
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El colombiano que delató al ‘garganta profunda’ de WikiLeaks


Adrián Lamo habla sobre denuncias contra Bradley Manning, soldado que suspuestamente filtró a WikiLeaks 

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En el oscuro mundo de los ‘hackers’, Adrián Lamo es toda una leyenda.

Reconocido en esta comunidad como uno de los más audaces “piratas electrónicos”, se robó los titulares en febrero del 2002, cuando se infiltró en la base de datos del diario estadounidense ‘The New York Times’, de Yahoo, Google y Microsoft. 

Tenía apenas 21 años. Tras una investigación de 15 meses fue detenido por el FBI y condenado a pagar seis meses de arresto domiciliario y 65.000 dólares en compensación. 

Pero su verdadero salto a la fama lo dio en mayo del 2010, cuando les reveló a las autoridades uno de los secretos más codiciados hasta entonces: el nombre de Bradley Manning, el soldado estadounidense al que se acusa de ser la fuente que filtró a WikiLeaks cientos de miles de documentos secretos del Gobierno de EE. UU, muchos de los cuales emergieron esta semana y generaron una poderosa tormenta diplomática en el mundo entero. 

Desde entonces, la vida de este joven de origen colombiano -su padre nació en el país-, tuvo un giro de 180 grados. Entre los ‘hackers’ y activistas pasó a ser el villano de la película y hoy es sujeto de constantes amenazas y protección policial. 

En otro sector, por el contrario, es considerado el héroe que puso fin a la mayor filtración de documentos en toda la historia de Estados Unidos. EL TIEMPO lo entrevistó: 

¿Cómo entró en contacto con Bradley Manning, a quien se acusa de las filtraciones de WikiLeaks?
 
 Él me contactó vía mensajes encriptados. No tengo idea por qué.  Quizá porque pensó que yo sería solidario con su caso, que podía apoyarlo y ayudarlo a bajar todos esos archivos. Estaba involucrado en la filtración de documentos más grande en la historia del espionaje, pero no tenía con quién hablar y me escogió a mí. 

¿Cuándo y por qué acudió a las autoridades? 

Contacté a un amigo que trabajaba en contrainteligencia y le mencioné una de las palabras claves que Manning me había mencionado. Me dijo: ‘Nunca más repitas esa palabra’. En ese momento me di cuenta que no era un juego y que esto era serio. 

¿Pero por qué decidió entregarlo?
 
 Cuando primero me contó sobre la filtración del video del helicóptero (en el que se ve como EE. UU. ataca a un grupo de civiles en Irak), pensé en no hacer nada pues era una pieza que aportaba sobre la manera cómo se adelantan las cosas en el campo de batalla.

Pero cuando me dijo que le estaba entregando cientos de miles de documentos a una gente en el extranjero me di cuenta que estaba poniendo a muchas personas en peligro, comprometiendo sus operaciones en el terreno. Si no hubiese actuado, cada noche de allí en adelante me habría acostado pensando que quizá alguien estaba siendo asesinado por mi culpa. 

¿Está seguro de que la fuente de los cables diplomáticos que se conocieron esta semana es él?
 
 Si. Él fue la fuente. Él mencionó detalles de esos cables. 

Pero el confió en usted ¿No ha sentido remordimiento por entregar a uno de los suyos? 

Por supuesto. Desde el segundo en que lo hice. Cuando yo tenía 22 años pasé por ese proceso, mi arresto, mi juicio. Sé por lo que está atravesando y eso me hizo todo más difícil. Aunque a mí sólo me esperaban 15 años de posible cárcel y a él 52, cuando uno tiene 22 años esos son números grandes. Sin embargo, tomé mi decisión por la gravedad del caso. A cada rato se me han acercado ‘hackers’ que pude haber delatado y no lo hice. Manning fue el primero y, espero, el único. 

De ser muy reconocido en la comunidad de ‘hackers’ y la informática pasó a ser un villano. ¿Cree que es válida esa percepción?
 
 La medida del carácter está en saber hacer lo correcto cuando todo el mundo alrededor cree que uno está equivocado. 

¿Qué piensa de WikiLeaks?
 
 El propósito de WikiLeaks ha pasado de ser el de revelar documentos secretos a ser la plataforma para la agenda política de Julian Assange (el fundador).

¿Dónde están las filtraciones de Rusia, de China, de Corea del Norte?
 
 No están porque en Estados Unidos, cuando se es enemigo del Estado se les da financiación -pasa su defensa-, mientras que en otros países se les da un tiro en la cabeza. 

¿Cómo se les puede detener?
 
 No es algo que pueda responder rápido. Hay mucha gente pensando en eso. Si nos fuéramos con todo, podrían ser designados como una organización terrorista y una circular roja de la Interpol para Assange. Pero creo la mejor forma es apretar la seguridad de la información para evitar que una persona que lleva tres años en el Ejército, de repente tenga acceso a las llaves del reino.

¿Cree que aún queda más por revelar?
 
 Es posible que más cosas se hayan filtrado. Lo que sí sé es que con esta última filtración, WikiLeaks les ha dado más munición a los fiscales en el caso Manning que lo que yo alguna vez les di. 

 

Adrián Lamo tiene 29 años y nació en Boston (Massachusetts), de un padre colombiano y una madre estadounidense. A los 10 años, su familia se radicó en Bogotá durante algún tiempo. 

Dice tener muchos familiares en el país y no descarta un viaje próximo para reencontrarse con sus raíces. “Sería bueno ir a un lugar donde la gente no me reconozca”, le dijo a este diario. 

SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington 

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